Pondremos la carne picada en un bol, pelaremos los ajos y los cortaremos en trocitos muy pequeños.

A continuación añadiremos perejil (yo lo puse seco porque aquí fresco no encuentro en ningún sitio) y el pan rallado (lo pongo a ojo, y si veo que le hace falta un poquito más cuando lo mezclo todo, le añado más).

Por último el huevo y la sal, al gusto. Lo mezclaremos con la ayuda de un tenedor de manera que quede todo bien integrado.

Ahora vamos a formar las albóndigas. Yo cojo mezcla con una cuchara y para formar las bolitas me voy humedeciendo las manos con un poquito de agua para que no se me peguen. Después las pasaremos por pan rallado.

Para freírlas, en una sartén pondremos bastante aceite como para que cubra la mitad de ellas e iremos moviéndolas para que se nos hagan por todas las partes. A medida que las vamos sacando las vamos poniendo sobre papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.

Salsa de tomate: Sofreiremos el pimiento rojo, la zanahoria y la cebolla en un poquito de aceite de oliva. Yo lo he cortado todo en “tiras largas”. Una vez lo tengamos doradito, añadiremos el tomate triturado, o frito, como más os guste. (Como este tomate es un poco espeso, le añado un poquito de agua). Es un tomate de la marca de Paul Newman, el actor. Tiene varias productos diferentes, y todos los beneficios son dados a una ONG que él mismo creó.

Y si sabéis que el tomate que vais a utilizar es un poco ácido (como el que usé yo), podéis ponerle una cucharadita de azúcar para quitar esa acidez. Limpiaremos las hojas de albahaca fresca y las pondremos en la salsa.

Emplatar, y listo! (Yo las acompañé con unas patatas gajo fritas, con su piel y un poquito de sal y orégano que les puse al sacarlas 😉).