Lavamos muy bien las papas, quitando posibles raíces y toda la tierra. Las colocamos en una cazuela con agua que esté ya caliente. El agua debe cubrir la papa solamente, casi a ras de la misma, no debemos cocerlas en mucha agua.

Echamos la sal gruesa. Una regla importante para que no nos falte ni nos sobre es la siguiente: por cada kg de papá, 250 gr de sal gruesa. Yo le añadí un puñadito de sal a 6 papas (no tenía peso)

Cogemos a fuego alto SIN TAPA, hasta que el agua se haya casi evaporado. El tiempo de cocción es relativo. A mí me tardaron 15 min, lo que hice fue ir pinchando hasta que estuvieran en su punto.

Cuando estés listas (aunque no se haya evaporado el agua) con la tapa nos ayudamos para quitarle el agua y empezamos la fase para que se arrugen.

En la misma cacerola donde están las papas yo puse un poquito más de sal gruesa, ya que la otra se disolvió. Ahora empezamos el meneo sin tapa. Cogemos la cacerola y empezamos a darle meneos en el fuego para que la sal se empiece a incrustar y además la papa tire la humedad, por eso se arrugan. Estarán hechas cuando las veamos arrugaditas y con la sal pegada. No pasarnos con el tiempo ni los meneos si no, se pueden partir.

Hay que servir calientes. Nunca tapar la olla, ni cuando ya estén hechas y las quitemos del fuego.