Empezamos limpiando de grasa y telilla las carrilleras, las troceamos y las picamos con ayuda de una picadora eléctrica. Echamos la carne picada en un bol y agregamos el pan desmenuzado. Incorporamos el huevo semibatido.

Mezclamos bien con ayuda de un tenedor para que se integre todo. Incorporamos la sal, un par de golpes de molinillo de pimienta negra, el ajo en polvo y el perejil y mezclamos bien. Tapamos con papel film y dejamos reposar 1 hora en la nevera. Cuando haya reposado, vamos cogiendo porciones, cada uno el tamaño que guste, y le damos forma.

Ponemos una cazuela con un chorrito de aceite y cuando esté caliente echamos las albóndigas y las doramos, un minuto por cada lado. Cuando estén doradas, retiramos y las pasamos a un plato cubierto con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite. Reservamos.

En el mismo aceite donde hemos dorado las albóndigas echamos el puerro junto con un poquito de sal y el ajo en polvo y dejamos pochar 10 minutos. Mientras troceamos la berenjena y el calabacín pelado. Incorporamos la berenjena y rehogamos a fuego medio-alto un par de minutos. Agregamos el calabacín y rehogamos otros dos minutos.

Dejamos que se vaya haciendo a fuego medio-lento durante unos 20 minutos y agregando medio vaso de agua. Incorporamos el queso crema y removemos hasta que se integre. Dejamos a fuego medio-lento 10 minutos. Si es necesario, agregamos un poquito más de agua.

Retiramos del fuego y trituramos bien asegurándonos que no nos quedan grumos. Llevamos al fuego nuestra salsa al fuego y cocinamos a fuego medio-lento 5 minutos.

Agregamos las albóndigas y dejamos que se haga todo junto a fuego medio-lento 15 minutos.

Ya tenemos nuestras albóndigas listas para comer. Si os sobra salsa la podéis congelar y las albóndigas antes de cocinarlas también. Espero que os gusten!!!