Esta torta se puede comer por la tarde o de postre, ya que las frutas le dan humedad, gusto y frescura. Si te invitan a cenar, es el postre perfecto para llevar ya que no necesita frío. Se prepara tan simple como batiendo todos los ingredientes y agregando las frutas escurridas. La cubierta crocante y dulce le da el toque final increíblemente exquisito. Si te gusta más húmeda la podes sumergir en el almíbar de las frutas, colocando primero el almíbar en un recipiente hondo y luego la torta para que no se humedezca el crocante de la cobertura (es una sugerencia mía). Por último, me falta comentar que esta receta me la dio Beba y ha pasado por toda la familia, conocidos, vecinos y amigos porque gusta un montón y es muy simple de hacer!