En un bol amplio echamos la carne ya picada y las cucharadas de queso crema, mezclamos. Agregamos el perejil, el ajo en polvo, sal y pimienta negra al gusto y volvemos a mezclar. Añadimos la rebanada de pan de molde desmigada y un chorrito de leche y volvemos a mezclar.

Incorporamos el huevo batido y mezclamos muy bien para que se integre todo. Tapamos con papel film y dejamos reposar 30 minutos en la nevera. Transcurrido ese tiempo, vamos cogiendo pequeñas porciones de la masa con la mano y le damos forma, a mí me salieron 11 unidades, pero dependerá del tamaño.

Ponemos una cazuela amplia al fuego con un chorrito generoso de aceite y cuando esté caliente echamos las albóndigas y las doramos por todos sus lados, un minuto por cada lado, lo justo para que cojan color. Sacamos y colocamos en un plato cubierto con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite. Reservamos.

En la misma cazuela donde hemos dorado las albóndigas vamos a pochar la cebolla junto con un poquito de sal y el ajo en polvo a fuego medio 10 minutos. Agregamos los dos tipos de champiñones y dejamos que se hagan durante 5 minutos. Incorporamos los tomates, junto con el eneldo y un par de golpes de molinillo de pimienta negra y dejamos al fuego 10 minutos, removiendo de vez en cuando.

Vertemos la cerveza y cocinamos a fuego alto un par de minutos para que se evapore el alcohol. Agregamos el caldo de pollo y cocinamos a fuego medio unos 25 minutos. Retiramos del fuego y trituramos bien para que no nos queden grumos.

Ya tenemos nuestras albóndigas listas!!! Las podéis acompañar con unas patatas fritas, eso sí el pan no lo olvidéis que la salsa está tan buena como las albóndigas. Espero que os gusten!!