Moussaka

Una vez las verduras y el ajo estén bien pochados añadimos la carne picada y salpimentamos al gusto.

Es importante cocinar a fuego lento lo que va a ser el relleno de nuestra moussaka para que el guiso tenga un buen sabor y textura.

Mientras, una vez pasados los 15 min iremos sacando las láminas de berenjena y las saltearemos en otra sartén por ambos lados.

Una vez pasadas por la sartén todas las láminas, haremos lo mismo con las patatas hervidas. Esto le dará consistencia a la estructura de nuestra moussaka y un sabor más elaborado.

Una vez tengamos el sofrito cocinado y las patatas y las berenjenas pasadas por la plancha, es el momento de hacer nuestra bechamel.

Para ello pondremos dos cucharas de mantequilla en un wok o sartén con más profundidad y añadiremos la cebolla picada (a poder ser hacedlo con una picadora) y la doramos con la mantequilla.

Cuando la cebolla esté dorada, añadimos las cucharadas de harina y la doramos juntamente con la cebolla.

Una vez la harina vaya cogiendo puntillitas marrones es momento de ir añadiendo la leche entera y removiendo constantemente, ya que irá espesando rápidamente (es importante que no pongáis más harina, ya que puede parecer poca cantidad pero al ir añadiendo la leche veréis que se va creando una gran cantidad de bechamel). Una vez la harina no vaya consumiendo la leche con tanta facilidad podéis añadir el toque de sal y nuez moscada.

Para ello es aconsejable poner una base de bechamel antes de poner la primera capa de berenjena.

Por lo tanto seria: - BECHAMEL. - BERENJENAS. - SOFRITO. - BECHAMEL. - PATATA. - BECHAMEL. - BERENJENAS. - SOFRITO.

Y así hasta acabar con los ingredientes y cubrir nuestro molde. La combinación es opcional. Personalmente recomiendo empezar por la base de bechamel y berenjena y terminar con berenjena y una capa de bechamel para luego acabar con la cobertura del queso encima de la bechamel.

Una vez puesto el queso y con el horno precalentado, cocinamos a 180° durante 40/45 minutos.