Cazuela de patatas con pollo, bacon y bechamel

Cortamos la pechuga de pollo en dados, los salpimentamos.

Los salteamos a fuego vivo en una sartén con aceite, una vez dorados los retiramos y reservamos.

En el mismo aceite salteamos el bacon que previamente hemos cortado en trocitos pequeños, cuando los tengamos dorados los retiramos y reservamos también.

Pochamos la cebolla que hemos cortado en juliana, salpimentamos, dejamos un par de minutos y echamos el vino dulce, nos ayudará a que se caramelice la cebolla, una vez hecha la retiramos y reservamos.

Por último, freímos las patatas que hemos cortado en rodajas finas, se nos harán rápido a fuego vivo.

Una vez doradas las pasamos a una fuente que pueda ir al horno, en este caso yo he puesto una cazuela de barro.

Sobre las patatas repartimos la cebolla.

Y sobre la cebolla repartimos el pollo y el bacon, reservamos el conjunto.

Hacemos una bechamel, comenzamos por fundir la mantequilla junto a un poco de aceite, mezclamos, añadimos la harina y la disolvemos, permitimos que se dore, si no la salsa nos sabrá a harina.

Vamos echando la leche, removemos hasta que se integre la harina, rallamos la nuez moscada y seguimos removiendo.

Echamos las hebras de azafrán, le dará un puntito de sabor agradable, removemos hasta que se fundan.

Cuando haya espesado echamos la bechamel sobre todo el preparado que tenemos en la cazuela.

Por último, repartimos el queso rallado por encima de la salsa y metemos la cazuela en el horno para que se gratine el queso.

Lo dejamos el tiempo que consideremos, al gusto de cada uno, particularmente me gusta bien dorado que haga una costra, está muy rico así.

Ya, repartimos en los platos y disfrutamos de la receta