Lavar y cortar las cebollas en cubos. Colocar en un sartén con el aceite de oliva a fuego bajo y revolver, demorará aproximadamente 5-8 minutos que la cebolla esté más blanda agregar la sal y revolver. Pasados unos 5 minutos agregar la pizca de bicarbonato de sodio y revolver. (Va a tomar un color oscuro, no se asusten).

Ya con la cebolla con el bicarbonato de sodio continuar revolviendo constantemente para que la cebolla vaya soltando sus jugos y cocinando en los mismos. La idea de cortarla en cubos (o brunoise) y no en Juliana, es que luego no tendrán que procesar la cebolla para que les quede como una pasta.
Cuando ya cebolla lleve unos 30-35 minutos cocinándose agregar el vino blanco en 2 veces y cocinar a un fuego algo más alto.

Pasado este tiempo ya tendremos la cebolla totalmente convertida en una pasta y con un dulzor propio de la cebolla, ya que no agregamos azúcar extra. Demora un poco, pero no se arrepentirán!