En un recipiente colocar la harina, azúcar y la pizca de sal, revolver con una cuchara, agregar mantequilla cortada en cuadritos y mezclar con los dedos hasta formar un arenado. Agregar el huevo ligeramente batido y las cuatro cucharadas de agua fría y amasar solo un poco hasta integrar la masa. Hacer dos bolas, una más grande que la otra, envolver en film transparente y refrigerar por 30 minutos.

Relleno: En un recipiente colocar la maicena, azúcar y canela, mezclar muy bien con una cuchara. Agregar a las cerezas que ya tenemos descarozadas y mezclar, luego agregar el jugo de medio limón e integrar. Reservamos en el refrigerador.

Ahora enharinamos un poco y estiramos con ayuda de un uslero la bola de masa más grande que guardamos, tiene que quedar redonda y más grande que el molde que usaremos (el mío es de 26 cm) y con ayuda del mismo uslero lo enrollamos y dejamos sobre el molde. Acomodar presionando los extremos de la base y los bordes, cortar la masa que sobró.

Ahora la otra bola que teníamos reservada, enharinar dónde la estiraremos y hacer tiras de 2 cm. Colocar primero de forma vertical, luego levantar alternadamente e ir colocando de a una horizontal, vamos repitiendo el proceso. Aunque también se puede hacer un círculo y cubrir la tarta. La masa que sobre se puede envolver en film transparente y congelar hasta por 3 meses, puede servir para hacer mini tartas 😉

Pincelar con huevo ligeramente batido y espolvorear azúcar granulada para que se gratine. Llevar a horno precalentado a 180°C calor envolvente por 30 minutos, para terminar de dorar se puede usar grill pero hay que estar muy atentos para que no se pase.