Cómo podréis observar en la primera foto de los pasos, los pimientos son muy frescos y carnosos.

A continuación, podréis observar el tipo de cuchillo que he utilizado porque el cuchillo de trinchar es el más adecuado, porque se agarra al pimiento y de esta forma, podemos hacer un corte limpio y con la punta de tijeras, podemos introducirlo en el interior del pimiento y quitar las betas del interior con más facilidad.

Seguidamente, cortamos los pimientos por la parte de arriba y les damos un corte limpio de forma inclinada, para que cuando estén rellenos y los pongamos en la fuente, no se nos salga el relleno y los dejamos en una fuente.

A continuación, cogemos un vaso grande de boca ancha y colocamos los pimientos para poder aliñarlos por el interior.

Seguidamente, le añadimos un hilo de aceite en el interior y le picamos sal con el molinillo.

Una vez que los tengamos todos sazonados por el interior, guardamos la fuente en el frigorífico y dejamos que se vayan marinando.

A continuación, pelamos las patatas y las enjuagamos bien.

Seguidamente, las cortamos en palitos gruesos, fino y de varios tamaños para poder encajarlos en el interior de los pimientos y para que nos queden bien prietos.

A continuación, ponemos una sartén grande en el fuego con abundante aceite de oliva virgen extra y dejamos que se caliente.

Mientras tanto, ponemos un colador en la boca de un bol y vamos pasando un poco de patatas y dejamos escurrir en el agua. Como las patatas las tenemos en agua para que no se oxiden, las vamos ir friendo en pequeñas cantidades y dejando escurrir unos segundos para que no nos salpique en el aceite caliente.

A continuación, cogemos el molinillo y le picamos sal con generosidad y le damos unos golpes al colador para que salen y de esta forma caiga todo el agua.

Seguidamente, las freímos durante un minuto y medio aproximadamente y hacemos la misma operación con el resto.

Mientras tanto, ponemos tres de los cinco huevos en un cuenco justo a una de las dos cucharaditas de estragón y una pizca de sal.

A continuación, batimos bien con un tenedor y reservamos.

Seguidamente, colocamos un pimiento en cada vaso para poder rellenarlos de una forma más cómoda y segura.

Como ya tendremos fritatas la primera tanda de patatas, en caliente, vamos colocando los palitos de patatas en el interior de los pimientos y apretamos para que entren hasta el fondo del pimiento y utilizamos los más pequeños para rellenar todos los huecos posibles para que queden compactos.

Seguidamente, cogemos una cuchara y llenamos los pimientos con el huevo batido y aprovechando que las patatas están muy calientes todavía, así ayuda a que cuaje un poco el huevo para que no se salgan del pimiento.

Una que hayamos rellenado estos tres primeros, hacemos la misma operación con los dos pimientos restantes. Batimos los dos huevos restantes con la última cucharadita de estragón y hacemos lo mismo que con los anteriores, los colocamos en la fuente a los bordes para que no se salga

Con el horno ya precalentado a 200°C, con el fuego arriba y abajo, metemos la fuente y dejamos hornear durante treinta y cinco minutos con los pimientos en esta misma posición para que no se caigan y se derrame la mezcla de huevos.

Pasados los treinta y cinco minutos, abrimos el horno y sin retirar la fuente del horno, comprobamos si se han cuajado los huevos y se lo están.

Ponemos los pimientos tumbados en la fuente, le añadimos unos hilos generosos de aceite de oliva virgen extra por encima de los pimientos y le picamos sal con generosidad. Reprogramamos el horno a 180°C, volvemos a cerrar el horno y dejamos hornear durante veinte minutos con el horno arriba y abajo y listo..