Prepparkakor

lacocinademinia.es
lacocinademinia.es @lacocinademinia
Santiago de Compostela

Esta es una de las recetas que guardo con más cariño.

Me la dio hace años Gunilla Vickberg, sueca de nacimiento y gallega de adopción. Gracias a ella y a su hija, Cris, he podido conocer algo de Suecia, que no solo es Ikea.

Cuando llegaba la navidad siempre tenía en su casa estas gallegas, y poco a poco fueron formando parte de mis recuerdos navideños.

Por desgracia, ya no está para poder ver su receta en la red, pero sí su hija, que es quien, haciendo un homenaje a su madre, nos enseña en la foto las pepparkakor.

El recuerdo que tengo de Gunilla es de una persona tremendamente solidaria y con apariencia serena. Te relajaba sólo mirar para ella. Parecía que tenía todo controlado en cada momento.

Así que, gracias a Gunilla os puedo ofrecer esta receta de galletas suecas de navidad.

Prepparkakor

Esta es una de las recetas que guardo con más cariño.

Me la dio hace años Gunilla Vickberg, sueca de nacimiento y gallega de adopción. Gracias a ella y a su hija, Cris, he podido conocer algo de Suecia, que no solo es Ikea.

Cuando llegaba la navidad siempre tenía en su casa estas gallegas, y poco a poco fueron formando parte de mis recuerdos navideños.

Por desgracia, ya no está para poder ver su receta en la red, pero sí su hija, que es quien, haciendo un homenaje a su madre, nos enseña en la foto las pepparkakor.

El recuerdo que tengo de Gunilla es de una persona tremendamente solidaria y con apariencia serena. Te relajaba sólo mirar para ella. Parecía que tenía todo controlado en cada momento.

Así que, gracias a Gunilla os puedo ofrecer esta receta de galletas suecas de navidad.

Editar receta
Ver informe
Compartir
Compartir

Ingredientes

  1. 1 dly medio de miel
  2. – 200 grs de azúcar
  3. – 200 grs de mantequilla
  4. – 1 dl y medio de nata
  5. – 1 cucharada de jengibre molido
  6. – 1 cucharada de canela molida
  7. – Media cucharada de clavo molido
  8. – 600 grs de harina
  9. – 1 cucharada de bicarbonato

Paso a paso

  1. 1

    Se pone la miel, el azúcar y la mantequilla a fuego medio hasta que se deshaga el azúcar y esté toda la mezcla homogénea. Se le añade la nata y las especias y se remueve. En mi caso, como no tenía clavo molido, lo machaqué en un mortero y le agregué la nata. Esta mezcla fue la que añadí a la anterior y después la pasé por un colador, para eliminar los trozos grandes del clavo. Si encontráis el clavo ya molido, os ahorrais este proceso.

  2. 2

    Añadimos el bicarbonato y un poco de harina. Vamos mezclando bien y vamos añadiendo la harina poco a poco. Tiene que quedar una masa que no se pegue en las manos. Pondremos la masa en un bol y la tapamos con un film transparente. La dejaremos en la nevera una noche.

  3. 3

    Al día siguiente sacamos la masa de la nevera y la vamos a estirar. Echamos harina en la superficie de la mesa y estiramos con un rodillo hasta que quede prácticamente transparente la masa. Aunque nos parezca muy fina, en el horno va a crecer, y cuando más finas sean estas galletas, más ricas estarán. Os aviso: os van a quedar agujetas por un par de días, ya que la masa está muy dura y da su trabajo estirar. Para aquellos que tengáis un rodillo de los que se pueden calentar con agua caliente

  4. 4

    Una vez estirada la masa, la vamos cortando con el cortapastas y la ponemos sobre una lámina de papel para horno. Las meteremos en el horno precalentado a 170ºC durante unos 10 mintuos. Sabremos que están cuando empiecen a coger un color marrón intenso. Buen provecho y feliz navidad

Editar receta
Ver informe
Compartir

Cooksnaps

¿Cómo te salió? Recomienda esta receta mandando tu Cooksnap

Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén
Cocinar hoy
lacocinademinia.es
lacocinademinia.es @lacocinademinia
Santiago de Compostela
Antes de nada os presento mi blog: http://www.lacocinademinia.es/Con esta página no pretendo sumar otra más al amplio mundo de páginas de recetas, sino que quiero ir algo más allá, a través de recuerdos, de reflexiones, trucos, consejos, gustos, etc. Al fin y al cabo, el momento de la cocina es un momento para estar con uno mismo y da lugar a pensar en infinidad de cosas.Mucha de la gente que ha pasado por mi mesa a comer me ha comentado la idea de abrir un restaurante…¡¡¡¡noooo!!! ¡Qué forma de odiar la cocina!. Al igual que me han insinuado que me presente a un concurso de cocina. Al próximo que me diga que me pesente a un concurso de cocina lo mando al Gran Hermano.Sí que es cierto que tengo dos estados diferentes en la cocina: disfrutándola- normalmente fines de semana y cuando viene gente a comer a casa-, y odiándola- cuando tengo que pensar TOOOODOS los días el menú del día siguiente-.Y cuando digo pensar, no sólo es pensar en lo que hacer de comer, sino repasar mentalmente los ingredientes que tengo en el congelador, en la nevera, en la despensa, los que tendría que comprar en caso necesario, en qué momento puedo ir a comprar, si antes o después de recoger a los niños en el cole, o entre que van a una clase o a otra,… ¡¡Lo odio!! Pero no por ello odio cocinar.Empecé este proyecto como terapia y porque, como dice mi madre, soy un “culo inquieto”. Siempre tengo que tener algo en mente y si supone un reto para mí, mejor. Como terapia, me ha servido, y con creces. Estoy teniendo mejor acogida de lo que esperaba y además, tengo a la familia encantada. Todos los días comen algo diferente. No os creáis que las fotos me las saco de internet, no. Las fotos son hechas por mí de platos cocinados por mí, lo cual me obliga a cocinar variado, aunque bien es cierto que no es muy diferente de lo que cocinaba anteriormente.
Leer más

Recetas similares