Roscón de Reyes

Sacar la mantequilla de la nevera al menos media hora antes para que se ponga a temperatura ambiente y sea fácil de trabajar.

Comenzamos por templar la leche, colocarla en una tacita y disolver en ella la levadura fresca.

En un recipiente amplio o encima de la encimera, poner la harina y mezclarla con 2 cucharadas de azúcar, 1/2 cucharadita de sal y la piel del limón rallado.

Poner la masa en un recipiente amplio, cubrir con un paño de cocina, dejar que repose durante 2 horas a temperatura ambiente, protegida de las corrientes de aire. Durante este tiempo la masa va a doblar su tamaño por lo que tiene que tener espacio suficiente dentro del recipiente.

Volver a meter la masa en el recipiente, tapar con film transparente o con el mismo paño de cocina y meterla en la nevera hasta el día siguiente.

Al día siguiente, sacar la masa de la nevera y dejarla que se ponga a temperatura ambiente, enharinar una zona de trabajo y comenzar a darle forma de roscón.

Meterla en el horno APAGADO durante 2 horas más. Es el mejor sitio para protegerla de las corrientes de aire y al mismo tiempo también estará tapada sin que los bordes y la superficie del roscón no toquen nada para no influir en el proceso de levado.

Encender el horno a 180° y cuando haya alcanzado la temperatura, meter la bandeja con la masa a media altura durante 30 minutos.

Calentar a fuego suave la mermelada elegida. Cuando el roscón esté hecho, sacar del horno. Con ayuda de un pincel, barnizar toda la superficie con la mermelada, le dará el toque glaseado. Después decorar con el azúcar en bolitas y las frutas confitadas que se pegarán al glaseado de mermelada y listo!!.