Precalentar el horno a 400 grados F (200 grados C). Cubrir una bandeja para hornear con papel pergamino (yo usé de la misma mantequilla derretida y no usé el papel). Untar las rodajas de papas por ambos lados con mantequilla y colocarlas en la bandeja para hornear.

Hornear en el horno precalentado hasta que estén ligeramente doradas y tiernas al pincharlas con un cuchillo, de 30 a 40 minutos, volteando las rebanadas a la mitad. Espolvorea con queso cheddar, tocineta desmenuzada y cebollas verdes. Continuar horneando hasta que el queso se derrita, de 3 a 5 minutos más. Buen provecho.