Lavamos los calabacines y los rallamos. En este caso, yo los he hecho con piel y todo. Si vuestro calabacín es muy grande, seguramente con 1 tendréis bastante! Los míos sumaban unos 600 gramos.

Vamos pasando el calabacín rallado por un colador, y apretando para eliminar toda el agua posible.

Por mucho que apretemos el calabacín contra el colador, seguirá teniendo muchísima agua😂 Así que una vez esta en el bol, vamos apretando unos papeles de cocina para absorber aún más. Yo lo he hecho unas 5 veces (con dos papeles cada vez).

A continuación tiramos los huevos, y removemos muy bien.

Ahora añadimos los ingredientes secos: la harina integral, la sal, el ajo granulado y la cebolla en polvo. Y volvemos a remover hasta que se integre todo.

Engrasamos el molde con un chorrito de aceite.

Tiramos la masa al molde engrasado, intentando que esté repartida por todo el molde de forma equilibrada.

Introducimos la pizza en el horno precalentado, durante 15 minutos...

... más o menos hasta que la veamos dorada por encima.

Mientrás la "masa" está en el horno, preparamos la salsa de tomate. Para ello mezclaremos el tomate triturado con el orégano y otra cucharadita de ajo granulado.

Cubrimos la "masa" horneada con esta salsa de tomate. Volvemos a introducirla en el horno, con la temperatura bajada a 200°C, durante 10 minutos.

Preparamos el topping de la pizza. Yo he descongelado las espinacas en el microondas siguiendo las instrucciones del paquete (5 minutos a máxima potencia). He cortado las lonchas de pavo en tiras, y los 50 gramos de parmesano en lonchas finitas.

Después de 10 minutos, sacamos la base para añadir los ingredientes de encima que acabamos de preparar, repartiéndolos bien. Cuando pongamos las espinacas sobre la base, tiramos sal al gusto por encima. Volvemos a meterla en el horno 10 minutos más.

Lista para comer! Si queréis poner más queso, no os cortéis! Yo he intentado poner poco para reducir las calorías😊 Pero el parmesano tiene un gusto muy fuerte y con la cantidad que he puesto estaba genial👌