Paso a paso
- 1
En esta ocasión solo utilizaremos la parte blanca de los puerros. Cortaremos por la zona anterior a las hojas, donde apreciamos que el tallo empieza a tener un tono verde.
- 2
Retiramos también la parte inferior o raíz, donde tiene esa especie de “bigotes”.
- 3
La parte sobrante no la tiréis, podéis aprovechar las hojas para añadirlas a un caldo de verduras y el tallo en un sofrito.
- 4
Pasamos los tallos blancos por agua debajo del grifo para limpiarlos y quitarles algún resto de tierra o suciedad que traiga.
- 5
Los cortamos longitudinalmente en dos mitades. Luego los troceamos en porciones de unos 2-3 cm de grosor. Reservamos.
- 6
Pelamos la cebolla quitándole las capas exteriores y la picamos en juliana.
- 7
En una cazuela vertemos un poco de aceite de oliva. Sofreímos la cebolla 5 minutos a fuego medio, sin que llegue a coger color.
- 8
Echamos un poco de sal para que suelte el agua, ayudando a que no se nos dore.
- 9
Añadimos ahora los puerros, mezclamos y salteamos todo junto otros 5 minutos.
- 10
Queremos que se vayan cocinando y ablandando antes de la cocción posterior.
- 11
Pelamos las patatas, las lavamos y las “cascamos” en dados (tamaño similar a los trozos de puerro) sobre las verduras.
- 12
De esta manera conseguimos que suelten más almidón y la crema resulte luego más espesa y homogénea. Mezclamos y rehogamos un par de minutos.
- 13
Vertemos el agua en la cazuela, de manera que queden cubiertos todos los ingredientes.
- 14
Cocemos 20 minutos a fuego medio, echando un vistazo de vez en cuando para que no se nos quede sin líquido.
- 15
Pasado el tiempo de cocción, retiramos del fuego la cazuela.
- 16
Trituramos bien con la batidora, resultando una mezcla con textura de puré ligeramente espeso. En este punto, añadimos la leche y removemos en círculo.
- 17
Comprobaremos como se va integrando perfectamente al resto y la crema adquiere ese característico color blanco.
- 18
Con el calor que tiene la cazuela, dejamos 5 minutos para que siga haciéndose y cogiendo “cuerpo” nuestra crema.
- 19
En función de vuestro gusto podéis añadir más o menos leche para conseguir el punto deseado, más suelta o más espesa.
- 20
Par el toque final del plato vamos a preparar un sencillo crujiente de jamón serrano (o ibérico). Nos servirá para decorar, dar un toque de color y también aportar un contrate de texturas.
- 21
Cortamos las lonchas de jamón en tiras finas de unos 5-6 cm. de longitud.
- 22
Untamos una sartén con un poquito de aceite de oliva, con la ayuda de una brocha de silicona o un papel de cocina.
- 23
Salteamos las tiras de jamón a fuego medio 2-3 minutos. Irán soltando parte de su grasa y cogiendo una textura rígida y crujiente. En ese punto, retiramos sobre un papel absorbente.
- 24
Servimos la crema de puerros calentita en la mesa. Decoramos con unas tiras crujientes en el plato. También lo pueden presentar con picatostes.
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