Tarta de queso y moras con chocolate blanco (sin horno)

Para la crema de queso y moras

Lavamos las moras con agua del grifo.

En un cuenco ponemos los 400 g de moras y les esparcimos los 80 g de azúcar, 160 ml de agua y la cucharada de zumo de limón. Damos vueltas con una cuchara y dejamos macerando mínimo 1 hora. (También podemos hacer este paso el día anterior).

Colamos el almíbar para retirar las moras y ponemos el almíbar, ya sin las moras, en un cazo a fuego bajo 10 minutos para que se derrita el azúcar.

Ponemos 9 láminas de gelatina en un plato hondo con agua para hidratarlas y las dejamos así 10 minutos.

Escurrimos las láminas de gelatina y la echamos en el almíbar. Removemos bien hasta que se disuelva por completo. Dejamos atemperar unos minutos.

En un cuenco amplio echamos el queso, el yogur, los 120 g de azúcar, la leche condensada, 2 cucharadas de zumo de limón y la ralladura de limón. Batimos hasta que nos quede una crema uniforme.

Añadimos el contenido del cazo con el almíbar al cuenco donde tenemos el queso y mezclamos con movimientos envolventes hasta que estén todos los ingredientes integrados y la gelatina repartida uniformemente. Si es preciso volvemos a batir todo el conjunto.

Por último añadimos las moras y las mezclamos con movimientos envolventes.

Echamos la mezcla sobre la base de sobaos pasiegos y volvemos a dejarlo en el frigorífico un mínimo de 4 horas para asegurarnos que está completamente cuajada.

Para la capa de chocolate blanco

Echamos la nata y 150 ml de la leche en un cazo a fuego medio junto con el chocolate blanco troceado. Removemos sin parar durante 7 minutos aproximadamente.

Diluimos en sobre de cuajada en 150 ml de leche y cuando esté completamente disuelta lo añadimos al cazo sin retirarlo del fuego y mezclamos bien para que quede bien repartido. Cuando comience a hervir lo retiramos del fuego. Dejamos atemperar y lo echamos despacio sobre la capa de queso y moras que ya tenemos cuajada.