Mi mermelada de tomate

César Lorenzano
César Lorenzano @cesar165
Buenos Aires

Durante 16 años tuve mi consultorio en El Talar de Pacheco, en ese entonces un pueblo de casas que se alineaban a lo largo de la Ruta 197 y se adentraban en calles de barro junto con viveros de las mejores flores del conurbano. Atendía allí todos los días; me calzaba las botas para ver a mis pacientes en sus domicilios. A principios de noviembre, florecían y daban sus frutos los árboles de mora.
Nuestras familias -papás, mamás, tios, tías- llegaban a vernos y almorzar con nosotros los sábados.
Luisa salía con un canasto a recoger las moras caídas. Preparaba con ellas un dulce maravilloso.
Lo paladeo mientras escribo y evoco su receta, que usé desde entonces con las más variadas de las frutas. Ciruelas, duraznos, kinotos, mandarinas, naranjas, tomate, banana. Los preparé en México y en Argentina; los preparé de visita a México para mi nieta mayor, Marianita.
Con Graciela no tuvimos la costumbre del "five o´clock tea" pero sí de suculentos tés-cena con fiambres, quesos, tostadas, y cuanta delicatese pudiéramos comprar.
Para no dejar de cocinar este fin de semana, mi modesta contribución a los deleitables tés que se prepararán en Cookpad será la uno o alguno de esos dulces con la esperanza que a las cinco de la tarde haya en algún lado una tostada con el dulce de su amigo César.
No intento ser original. Sólo contarles a ustedes, y centralmente, a mis nietos porqué hago dulces desde hace tanto tiempo, dejandoles escrita una receta con la que quizás quieran seguir una tradición familiar.

Mi mermelada de tomate

Durante 16 años tuve mi consultorio en El Talar de Pacheco, en ese entonces un pueblo de casas que se alineaban a lo largo de la Ruta 197 y se adentraban en calles de barro junto con viveros de las mejores flores del conurbano. Atendía allí todos los días; me calzaba las botas para ver a mis pacientes en sus domicilios. A principios de noviembre, florecían y daban sus frutos los árboles de mora.
Nuestras familias -papás, mamás, tios, tías- llegaban a vernos y almorzar con nosotros los sábados.
Luisa salía con un canasto a recoger las moras caídas. Preparaba con ellas un dulce maravilloso.
Lo paladeo mientras escribo y evoco su receta, que usé desde entonces con las más variadas de las frutas. Ciruelas, duraznos, kinotos, mandarinas, naranjas, tomate, banana. Los preparé en México y en Argentina; los preparé de visita a México para mi nieta mayor, Marianita.
Con Graciela no tuvimos la costumbre del "five o´clock tea" pero sí de suculentos tés-cena con fiambres, quesos, tostadas, y cuanta delicatese pudiéramos comprar.
Para no dejar de cocinar este fin de semana, mi modesta contribución a los deleitables tés que se prepararán en Cookpad será la uno o alguno de esos dulces con la esperanza que a las cinco de la tarde haya en algún lado una tostada con el dulce de su amigo César.
No intento ser original. Sólo contarles a ustedes, y centralmente, a mis nietos porqué hago dulces desde hace tanto tiempo, dejandoles escrita una receta con la que quizás quieran seguir una tradición familiar.

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Ingredientes

60 minutos
6 raciones
  1. 1 kilofruta
  2. 0.5limón
  3. 600 grazucar
  4. 0.5limón
  5. 1clavo de olor

Paso a paso

60 minutos
  1. 1

    Una maravilla: mi cazo de cobre. Tuve uno, se perdió en el espacio-tiempo del desexilio, volví a México y compré este en Santa Clara del Cobre, un poblado de Michoacan cuyos habitantes conservan la técnica enseñada por el obispo Vasco de Quiroga en la época de la Colonia

  2. 2

    Ingrediente I: no tuve demasiado trabajo. Para que no se perdiera en la foto el pequeño clavo de olor, puse un único tomate que representa a todos, el medio limón y mi azucarera a los 600 gr.

  3. 3

    En la olla, cubiertos de agua se ponen a hervir. Cuando la piel se agrieta sacarlos, enfriar en agua. Ya están listos para pelarlos. Si prefieren no pelarlos o usar cualquier otra técnica, lo hacen a su manera (y me cuentan si es buena)

  4. 4

    Los tomates maravillosamente pelados por César

  5. 5

    Puse tomates en un plato hondo de vidrio para cortarlos en pedacitos y no perder su jugo

  6. 6

    Una vez cortados, se ponen en una olla y se dejan al menos seis horas (o toda la noche). No traicioné al cazo, como pueden pensar. Era necesario poder tapar los tomates durante tanto tiempo.

  7. 7

    Ahora sí, para hacer la mermelada uso el cazo. (no se lee caso, ni menos catzo, como hizo el papa Francisco mientras leía su mensaje)

  8. 8

    Agrego el azúcar

  9. 9

    Exprimo el limón y luego lo pongo en el cazo.

  10. 10

    Mientras se hace la mermelada, preparo los frascos para envasarla. Mi técnica consiste en pone un dedo de alcohol en uno, taparlo, agitarlo varias veces (cinco, para un obsesivo), destaparlo, y antes de pasar el alcohol al frasco que sigue ponerlo boca abajo para que escurra asomado a un borde que deje entrar aire para que seque. Se repite el proceso con los demás frascos. Si sobra alcohol vuelve a su fraso.

  11. 11

    A todo esto, se sigue haciendo la mermelada. En el cazo hierve siempre sin que se derrame debido a su forma

  12. 12

    Cuando las burbujas del hervor comienzan a ser más grandes y durar, es hora de preguntarse si no estará listo. Observar el medio limón que puse antes.

  13. 13

    Para saber si está apunto puse un plato en el freezer. Ahora lo saco, tomo con una cucharita algo del almibar y lo derramo en el plato. El almíbar se enfría. Si al rasparlo con la cucharita se hace un surco que se cierra, es señal que todavía falta. Si se mantiene, que es tiempo de apagar el fuego y envasar la mermelada. En la foto se ve el surco.

  14. 14

    Tomo el frasco con un repasador grueso para no quemarme con la mermelada hirviente. Mi guante elegante para cocina lo era demasiado y dejó resbalar el frasco.

  15. 15

    Ya en los frascos. Miren que hermoso color tiene la fruta. Mejor que en ocsiones anteriores. En la mermelada que hice luego sucede lo mismo. ¿Es sólo una ilusión o el cazo cocina distinto los dulces? Me gustaría creer que así es.

  16. 16

    Ya listo para poner en la mesa del te o del desayuno. Oh, el color de la mermelada !!

  17. 17

    En mi plato, y en mi pan de centeno y queso, con el que combina de maravilla.

  18. 18

    No voy a repetir el procedimiento. Sólo quiero mostrarles la foto de mi dulce de berenjena, que como buen recién llegado pensé que no era tan conocido.

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Cocinar hoy
César Lorenzano
Buenos Aires
Médico, PhD en Filosofía, desde siempre cocino. Este año (2016) comencé a publicar en Cookpad. Les agradezco mucho su estímulo
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Comentarios (10)

María Emilia Melgar
María Emilia Melgar @cook_5889755
Se ve delicioso. Probaré a hacerlo. Gracias por compartir la receta.

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