Lo primero que hacemos es preparar el caldo de pollo casero. En una cazuela con un poco de aceite en la base sofreímos 1/2 cebolla, 1 puerro y sellamos el pollo. Salamos, especiamos al gusto, y añadimos 1 litro de agua aproximadamente. Dejamos la cazuela al fuego hasta que el agua adquiera sabor, es decir, unas dos horas.

Podéis saltaros el paso del caldo de pollo casero y utilizar una pastilla de avecrem. Es mucho más sencillo, pero no iguala a lo casero.

A mitad de las 2 horas empezamos con las otras elaboraciones. En otra cazuela con abundante agua añadimos el arroz. Como yo utilicé integral necesita más tiempo de cocción, unos 30 minutos, pero el arroz blanco lo tendréis hecho en 1 cuarto de hora. Salamos.

Picamos la otra mitad de la cebolla y el puerro restante y los sofreímos en una sartén con aceite de oliva. Sellamos el pollo hasta que se dore y añadimos los pimientos del piquillo en tiras. Echamos sal, ajo en polvo y pimienta negra. Una vez hecho apartamos el sofrito pero, cogemos el pollo y lo añadimos a la olla con el arroz.

Cuando hayan pasado unos 25 minutos y quede un poco de caldo (si fuera necesario se puede añadir más), añadimos el arroz a la sartén con el sofrito. Lo dejamos a fuego medio-alto durante unos 10 minutos hasta que el agua se absorba. En mi caso añadí pimentón y curry, pero es un paso opcional. A mí me encanta.

Servimos y degustamos. Impresionante.