Pelar los langostinos y separamos las cabezas y pieles, reservamos en la nevera los langostinos pelados.

En una sartén grande, echar un poco de aceite y refreír las cabezas y las cáscaras de los langostinos junto con una pastilla de Avecrem e ir estrujando las cabezas y las cáscaras.

Una vez que las cabezas y las cáscaras cambien de color, echar 1/2 vaso de vino blanco o manzanilla, y cocer hasta que el vino se evapore.

Para tener la certeza de que el alcohol se ha evaporado por completo olerlo, y si aún se huele el vino, es que aún no se ha evaporado y hay que déjalo reducir un poco más.

Una vez que el vino se haya evaporado, agregar el agua y dejar cocer a fuego medio durante más menos 20 minutos.

Cuando termine este tiempo, colar el fumet y reservar.

En otra sartén poner aceite de oliva, y refreír 4 o 5 de los langostinos de los que teníamos reservado junto con una guindilla. Sacarlos y batir pero solo los langostinos.

En la misma sartén donde hemos refrito los langostinos y la guindilla, sofreímos la media cebolla y los dos dientes de ajo muy finamente picados.

Sofreír muy bien hasta que quede todo muy pochado, retirar del fuego y añadimos la cucharadita de pimentón, luego añadimos el tetrabrik de tomate y removemos para integrar todo.

En una olla amplia, echar el fumet, los garbanzos, los langostinos batidos y el refrito de ajo, cebolla y tomate, agregar las dos hojas de laurel y una pizca de pimienta negra molida.

Probar de sal, y dejar cocer todo junto durante unos 15 minutos.

Cortar los langostinos reservados en dos y añadir a los garbanzos, dejar cocer unos 5 minutos y dejamos reposar.

Se puede comer en el momento o dejarlo para el día siguiente que incluso suele estar más bueno aún.