Comenzamos con la masa, en un bol ponemos las harinas tamizadas con el polvo de hornear y la sal. Añadimos las semillas e integramos. Las semillas son a elección. Yo a las de girasol las molí un poco. Agregamos el aceite, agua, miel y unimos sin amasar hasta que nos quede un bollo. Va a costar un poquito porque la harina de avena es media seca y se resiste pero se logra unir bien. Reservamos en la heladera 20 minutos.

Tip: se puede hacer toda la masa con harina común, o en vez de usar 100 gramos de harina de avena ponerle 50 gramos.

Mientras preparamos el relleno. Le quitamos la piel al salmón y lo trozamos, cocinamos de un lado y de otro en sartén con chorrito de aceite y luego lo desmenuzamos. Le añadimos sal, pimienta, pimentón ahumado y las hierbas verdes. Son 8-10 minutos nada más.

En un bol ponemos el queso ricota y añadimos el salmón ya pronto. Integramos bien y reservamos. Usé una ricota que es súper suave y casi sin grumos.

Pasado el reposo de la masa, la separamos en 12 bollitos, mi molde de cupcakes es para 12. Quedan de 30 gramos cada uno más o menos. Así quedan todos iguales. Estiramos un poco cada bollito, con cuidado porque como les conté al hacer la masa, debido a la harina de avena se desmigaja un poco pero se une bien. Ponemos cada masa en el molde que debe estar previamente aceitado. Lo acomodamos bien, apretando con los dedos y damos forma prolija.

Así hasta terminar todos. Luego rellenamos que queden bien parejos. Llevamos a horno precalentado y cocinamos a 180 grados por 20 minutos. Que apenas queden los bordecitos dorados.

Retiramos del horno y dejamos enfriar por completo. Luego para desmoldarlos sin correr riesgo de que se rompan damos vuelta el molde sobre otra asadera, damos golpecitos sobre el fondo y vamos levantando y viendo si falta despegar alguno. Salen todos bien.