Canapé de tomate con salmón marinado, kiwi y fresas

Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña

Me viene en los genes, no puedo evitarlo, me gusta oír conversaciones ajenas —e imaginar (o suponer) el principio o el desenlace de lo escuchado—; esas conversaciones están escondidas por doquier: en la cola del supermercado, al entrar en la cafetería, en el autobús, esperando el turno en la farmacia, o simplemente mientras adelantas a alguien por la calle … Hoy, por ejemplo, escuché dos pequeños fragmentos curiosos, el primero de una mujer que parecía que llevaba en los brazos, más bolsas de las que pudiese acarrear, que le decía a —la que yo supuse— su hija: “No gastes lágrimas frescas sobre penas antiguas”. Mire hacia atrás al escucharla, aunque la sonrisa que se me dibujó en la cara, no se dejó ver por la mascarilla.
La segunda, fue cuando entré en la cafetería, donde me esperaba mi madre —a pesar de que llegaba puntual, ella ya estaba—. Habíamos quedado en una cafetería que además de presentar el café de una manera divina, ofrecen tal variedad de elegantes pastelitos, que yo nunca sé elegir, y termino echándolo a suertes. La cuestión es que justo al entrar, un hombre le preguntaba a su amigo: “Si te ponen un uno, un más y otro uno, tú ¿qué contestas?”.”Dos” respondió el otro, sin dudarlo. Pero yo susurré, tras mi mascarilla: puede que once.

#mycoffeetime

Canapé de tomate con salmón marinado, kiwi y fresas

Me viene en los genes, no puedo evitarlo, me gusta oír conversaciones ajenas —e imaginar (o suponer) el principio o el desenlace de lo escuchado—; esas conversaciones están escondidas por doquier: en la cola del supermercado, al entrar en la cafetería, en el autobús, esperando el turno en la farmacia, o simplemente mientras adelantas a alguien por la calle … Hoy, por ejemplo, escuché dos pequeños fragmentos curiosos, el primero de una mujer que parecía que llevaba en los brazos, más bolsas de las que pudiese acarrear, que le decía a —la que yo supuse— su hija: “No gastes lágrimas frescas sobre penas antiguas”. Mire hacia atrás al escucharla, aunque la sonrisa que se me dibujó en la cara, no se dejó ver por la mascarilla.
La segunda, fue cuando entré en la cafetería, donde me esperaba mi madre —a pesar de que llegaba puntual, ella ya estaba—. Habíamos quedado en una cafetería que además de presentar el café de una manera divina, ofrecen tal variedad de elegantes pastelitos, que yo nunca sé elegir, y termino echándolo a suertes. La cuestión es que justo al entrar, un hombre le preguntaba a su amigo: “Si te ponen un uno, un más y otro uno, tú ¿qué contestas?”.”Dos” respondió el otro, sin dudarlo. Pero yo susurré, tras mi mascarilla: puede que once.

#mycoffeetime

Editar receta
Ver informe
Compartir
Compartir

Ingredientes

15 min
4 raciones
  1. 2Tomates (en rodajas)
  2. 2Kiwis (en cubitos)
  3. 2Fresas (en cubitos)
  4. Queso Edam (en lonchas, lo más finas posible)
  5. Salmón marinado casero (en láminas)
  6. Eneldo
  7. Perlas Aceite de oliva virgen picual (para decorar)

Paso a paso

15 min
  1. 1

    Lavamos y cortamos los tomates en rodajas no muy finas. Las colocamos sobre el plato de presentación.

  2. 2

    Laminamos el salmón, y picamos los kiwis y las fresas. También tantas lonchas finas de queso como rodajas de tomate haya.

  3. 3

    Sobre las rodajas de tomate, colocamos el queso, sobre este, el salmón (de manera generosa). Espolvoreamos sobre él, un poco de eneldo. Y sobre el salmón, ponemos el kiwi y la fresa picada. Terminamos, decorando con unas perlas de aceite.

  4. 4

    A disfrutar!

Recetas enlazadas

Editar receta
Ver informe
Compartir

Cooksnaps

¿Cómo te salió? Recomienda esta receta mandando tu Cooksnap

Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén
Cocinar hoy
Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña
Me encanta recorrer el mundo en cada bocado.Apasionada del mar, de los viajes, de la astronomía y de los libros. Poco golosa pero exigente con la calidad de los productos. ¿El final perfecto de cualquier instante gastronómico? La buena compañía... tanto a la hora de prepararlo en la cocina, como al sentarse en la mesa. Porque disfruto cocinando con y para los míos; me encanta ese desafío de conectar con mis comensales, de compartir y de no sólo hacer disfrutar a las papilas gustativas. De crear, en definitiva, un momento, un recuerdo y un vínculo con los que quiero.
Leer más

Comentarios (10)

@tesa.cuina
@tesa.cuina @tesa_cuina
Quizás con zumo de limón, mostaza, y miel?? Mi hijo lo marina con mostaza antigua y miel para asarlo al horno después y está delicioso. Pero para comerlo crudo, quizá el limón le irá bien , pero yo creo que un par de horas nada más . Qué os parece?

Recetas similares