Comenzamos haciendo las patatas cortadas en daditos pequeños en un estuche lekué o similar de silicona en el microondas. Sólo hay que añadir sal al gusto, unas gotitas de aceite y medio vasito de agua para que no queden resecas. Con unos cuatro minutos es suficiente, hasta que veamos que están tiernas. Mientras tanto cortamos el calabacín pelado en juliana, echamos el aceite en una sartén adecuada y lo salteamos junto con las patatas ya hervidas. Le añadimos los pimientos del piquillo.

Yo le añado un poco de pimienta negra molida y orégano, que le sienta de maravilla a los calabacines. Una vez hecho el salteado le incorporamos los huevos batidos con un poco de leche y levadura en polvo, así nos va a salir más esponjosa. Le damos la vuelta una vez se haya dorado a fuego lento por un lado y en cinco minutos más ya estará lista. Buen provecho.