Empezamos pelando las almendras tostadas y las ponemos en la licuadora. Estoy usando almendras tostadas y las voy a triturar. También podrían ser almendras crudas que podríamos tostar y triturar nosotros mismos, o incluso harina de almendras que tostaríamos junto con la harina. Las trituramos hasta que se conviertan en un polvo fino. Calentamos una sartén y añadimos la harina, ya que necesitamos tostarla. Notarás que adquiere un color más oscuro. Removemos constantemente para evitar que se queme

Mira el color de la harina ahora, podemos sacarla del fuego y dejarla enfriar. La ponemos en un recipiente, le agregamos la almendra molida, también añadimos canela y, si quieres, puedes ponerle la ralladura de la piel de un limón. Esta vez no le he puesto, pero también sabe muy bien. Mezclamos todo... mientras mezclamos, ayudamos a que la harina se enfríe más rápido.

Después de enfriar la harina, agregamos el azúcar glass y mezclamos para que se integre bien. Luego añadimos el aceite y seguimos mezclando. Si nos cuesta mezclar con la espátula, podemos usar las manos limpias para integrarlo todo. Si la masa queda muy seca y no se integra, podemos agregar un poco más de aceite.

Si te resulta más cómodo, puedes transferir la masa a la encimera. Notarás que se va compactando. Estiramos la masa hasta que tenga un grosor de aproximadamente un dedo y cortamos círculos utilizando un molde o cualquier cosa que tengas en casa que pueda servirte. Utiliza una espátula para despegarlos de la encimera, dales forma redonda y colócalos en una bandeja con papel de horno. La masa sobrante se vuelve a juntar y continuamos cortando polvorones hasta que se acabe.

Con estas cantidades me han salido nueve polvorones bastante grandes.
Una vez que hayamos precalentado el horno a 170º, horneamos durante 15 minutos. Después, los dejamos enfriar sobre una rejilla y, una vez fríos, podemos espolvorearlos con azúcar glass o añadirles unas semillas de sésamo tostadas para darles un delicioso sabor.