Orejas de Carnaval gluten free

Mezcle el psilio y la harina sin gluten en un bol y tamícelos. La masa tendrá elasticidad gracias al psilio, lo que permitirá manejarla más fácilmente y estirarla sin que se rompa. Reserva la harina.

Ponga en otro bol el agua, la mantequilla derretida pero fría, el anís, una pizca de sal (si la harina que utiliza no es sin sal), el azúcar blanco, la ralladura de media naranja y medio limón (que ya habrá limpiado bien) y unos treinta gramos de huevo batido. Yo uso medio huevo tamaño L.

Añadir poco a poco la harina tamizada después de batir a mano para mezclarlo todo. Añadir la harina poco a poco, batiendo enérgicamente para incorporarla. Una vez que se ha añadido toda la harina y es difícil batir la mezcla, sigo batiendo con las manos limpias. Una vez que la masa está totalmente combinada, espolvoreo la encimera, añado la masa encima y luego añado un poco más de harina hasta que la masa es manejable y no se adhiere a mis manos.

La manipulo ligeramente -no tarda mucho-, la hago una bola y luego la tapo con el mismo bol boca abajo y la dejo reposar entre treinta minutos y una hora. Tras el reposo, limpiamos bien la mesa y nos untamos las manos, el rodillo y la mesa con aceite para no tener que enharinarnos más.

Con la masa, formamos un churrito lo suficientemente grueso como para permitirnos cortar partes del tamaño aproximado de una nuez. Se redondea cada trocito de masa y se estira con un rodillo hasta que quede muy fino. Se levanta de la encimera y se fríe en una sartén con abundante aceite caliente, se le da forma de oreja presionando desde el centro de la masa hacia el borde de la sartén con un palillo o el mango de una cuchara de madera.

Siga sujetando el palillo hasta que la masa no vuelva y deje que se dore por ambos lados. Se fríen rápidamente, así que tenga cuidado de no quemarlas. Reduzca el fuego o saque la sartén si es necesario durante un poco de tiempo. Para absorber el aceite sobrante, colóquelas en un plato cubierto con papel de cocina. A continuación, páselos a una bandeja para evitar la reabsorción de aceite. Cuando estén todos cocidos y fríos, repártalos uniformemente y espolvoréelos con azúcar en polvo.