Pelaremos y lavaremos las patatas, y las cortaremos en rodajas no muy gruesas. Pelaremos una cebolla y unos ajos y los cortaremos en juliana.

Disponemos todas las verduras en una cazuela de barro. Salpimentamos y echamos un buen chorro de aceite y de vino blanco.

A continuación, arreglamos el cuello de cordero sobre la cama de patatas y cebolla, y salpimentamos.

Lo tapamos con papel de aluminio para meter al horno 1 hora larga a 200º y que se cueza bien sin quemarse. Yo en esta ocasión, utilicé mi horno de leña, aprovechando que todavía hace un poco de frío y tenía la estufa encendida.

Después de haber pasado una hora o algo más, freiremos unos ajos y unas almendras en una sartén.

En un mortero, haremos una majada con el ajo y las almendras fritas y el perejil. Añadiremos un chorro de aceite y un chorrito de vinagre.

Esta majada se la añadiremos a la carne en el momento en que vayamos a destapar la cazuela porque ya están las patatas y el cuello bien blanditos.

Solo queremos que se dore y coja color unos 20 min. más al horno.

Otra forma de cocinarlo es como lo hacía mi madre siempre. Disponía encima del cordero unos piñones, unas ramitas de romero, tomillo y perejil y lo tapaba con aluminio para que se impregnara todo bien del aroma de las hierbas.