Comenzamos formando la masa. Calentamos la leche hasta que este tibia y diluimos en ella la levadura fresca con 1 cucharada de azúcar. En un bol mezclamos la harina con la leche y le añadimos 1/2 cucharada de sal, 1/2 taza de agua y 1/4 de taza de aceite. Por último añadimos la clara de un huevo, reservamos la yema para después.

Formamos la masa y empezamos a amasar con las manos hasta que deje de pegarse a ellas. Si se pega espolvoreamos un poco de harina y seguimos amasando. Formamos una bola y dejamos la masa reposar 1 h tapada con un paño limpio.

Una vez la masa haya reposado volvemos a amasar para desgasificarla. Dividimos en 3-4 bolas y empezamos estirando la masa hasta unos 3 cm aproximadamente. Cortamos la masa en cuadraditos, añadimos la salsa de tomate, la carne picada y el queso. Y hacemos bolitas pequeñas.

Colocamos las bolitas de pizza en una bandeja con papel de horno. Pintamos la masa con la mezcla de huevo que hicimos y espolvoreamos un poco de queso y orégano por encima.

Horneamos a 220 grados unos 25 minutos aproximadamente.

En total con estas cantidades me han salido 35 bolitas de pizza.

Quedan riquísimas y esponjosas por dentro.