Montadito de huevas de sardinas, marinadas en sal y zumo limón

Cuando compremos las sardinas y tienen que estar muy muy frescas, para que nos puedan servir las huevas! Las guardamos en el congelador durante veinte cuatro horas. Descongelamos durante toda la noche en el frigorífico para no romper la cadena del frío. Desescamos y luego con mucho cuidado, con una estijeras le damos un corte superficial en la parte de la ventresca, y le sacamos las huevas con mucho cuidado para no reventarlas.

Este es el corte correcto para poder sacar las huevas con facilidad y sin que se revienten. De un kilo de sardinas y si tenemos la suerte de que sean hebras, solo podemos conseguir 80- 100 gr de huevas. Las sardinas las utilizaremos para hacer otras recetas

Ponemos las huevas en una taza y le añadimos el zumo de limón y la cucharilla de sal de roca.

Removemos un poco con el dedo muy suavemente para no estroperlas y para que se diluya la sal con el limón.

Tapamos y guardamos en el frigorífico durante veinticuatro horas para que se cocinen en el limón y la sal.

Al día siguiente, podemos observar como están perfectamente listas para comer.

Las volcamos en un colador y dejamos escurrir bien. Aquí hay dos operaciones, la primera es como las he preparado yo, que es sin enjuagar porque me gusta el sabor a salmuera del limón y las huevas. La segunda opción por si no os gusta los sabores fuertes, es enjuagar bajo el gripo con un chorrito de agua y dejar escurrir.

Una vez escurridas, las ponemos en un plato.

Le añadimos aceite de oliva virgen extra con generosidad y dejamos que se hidranten durante un par de horas para que absorban parte del aceite. Esto lo podemos hacer con anterioridad.

Cogemos el panecillo, los calentamos en el horno y lo cortamos intentando que sea lo más cerca posible a la parte de arriba, para dejar una base solida para que no se fonde a la hora de montar. Le añadimos unas cucharadas de aceite de las mismas huevas.

Laminamos en lonchas muy finas del tomate y le añadimos unas lonchas.

Le picamos sal fosilizada al gusto.

Le ponemos unos brotes de escarola y le volvemos a añadir un chorrito de aceite de oliva virgen extra.

Laminamos muy fino los palitos de mar y le ponemos parte por encima y unas gotas más de aceite de oliva virgen extra. El aceite en pequeñas dosis, es para que quede totalmente aliñada al final.

A continuación le añadimos unas pocas de huevas y una pizca de aceite del mismo.

Le añadimos unas tiras de pimientos ya pelados y fritos después de haberse asado.. puede ser en conservas perfectamente.

Por último, le añadimos las otras huevas restantes, brotes de escarola, palitos de mar y unos hilos de aceite de oliva virgen extra. Sal no es necesario porque las huevas ya llevan y listo para disfrutar.