Derrite la mantequilla en un cazo a fuego lento. Pásala por un colador y deja enfriar.

En un bol o fuente grande pesa y mezcla con un tenedor los ingredientes secos: Azúcar moreno, harina, una pizca de sal fina, una cucharada de canela en polvo. Remueve bien.

Añade la mantequilla una vez fría. Mueve e integra bien con la harina. Usa un tenedor. Deberá quedar una masa granulada.

Cubre un molde (unos 22cms de diámetro) o una sartén de hierro apta para horno con papel de hornear. Para que te resulte más sencillo, moja el papel de horno y arrúgalo. Escurre el agua y extiéndelo en el molde. Seca el resto de agua.

Usa un poco más de la mitad de la masa para cubrir el fondo del molde en su totalidad.

Cubre y extiende con una capa fina de dulce de leche. Puedes calentarlo un poco en el micro para que te resulte más fácil de extender.

Toma el resto de la masa, en puñaditos. Aplástala con ambas manos para formar láminas pequeñas y ve cubriendo con ellas la capa de dulce de leche. Déjate huecos grandes.

Finalmente cubre los huecos que has dejado con mermelada de tu gusto. Si es natural y con trozos de fruta, mejor :)

Hornea a 170ºC en un horno precalentado. Sin aire. Tardará una media hora. Retira cuando esté dorado y veas la mermelada burbujear.

Deja enfriar totalmente. Normalmente dejo una noche en reposo. Disfruta!!