Calentar el horno a 160 grados con calor de arriba y abajo. En una olla verter la leche, la sal, la mantequilla en trocitos, la ralladura de un limón, 70 gramos de azúcar en polvo y el queso crema. Calentar sin hervir la mezcla y mezclar bien hasta que desaparecen los grumos.

Tomar dos ensaladeras, en una ponemos las yemas de los huevos y en la otra las claras. Guardar las claras en el frigorífico. Batir las yemas y verterlas en la olla con la mezcla de queso. Mezclar muy bien, tamizar la harina y añadir en la mezcla de ante. Remover muy bien y guardar un rato.

Ahora tomar las claras y batir con un batidor de manos, espumar las claras y añadir el zumo de limón. Batir otro minuto y añadir poco a poco el restante azúcar en polvo. Hacemos esto hasta obtener un merengue un poco más del clásico pico suave. Verter un cuarto de merengue en la mezcla de ante. Mezclar con cuidado desde arriba hacia abajo. Hacer lo mismo con todo el merengue que nos queda.

Tomar el molde elegido, esa cantidad es perfecta para un molde de 18 cm de diámetro y 8 de altura. Es muy importante elegir las medidas de arriba porque la mezcla no tiene levadura y su altura depende solo da el aire que tiene la misma mezcla. Hacer un círculo perfecto para el molde elegido usando el papel de hornear.

Verter con cuidado la mezcla y con un palillo de dientes hacer una espiral en la misma mezcla, eso nos sirve para eliminar burbujas. Tomar un molde para hornear más grande de lo que tiene la mezcla, verter en el grande dos dedos de agua caliente, meter el molde de la tarta y cocinar a 160 grados por 40 minutos. Pasado tiempo bajar la temperatura a 130 grados y sin abrir nunca el horno cocinar por otros 40 minutos.

Enfriar el cheesecake en el horno y cuando esta frío poner el fantastico cheesecake en una fuente. Guarnir con azúcar en polvo. Estoy seguro desaparece en pocos minutos por lo bueno que es. Gracias por leer mis recetas.