Arroz con leche a la Curru

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lacocinademinia.es @lacocinademinia
Santiago de Compostela

Curru es mi suegra. Al contrario de lo que suele ocurrir, nos llevamos bien, muy bien.

Es proveedora de gran número de recetas, aunque con ella tengo un problema. Me las da a fascículos.

De hecho, mi gran logro fue ser capaz de componer esta receta completa. Creo que me llevó 10 años y unas 20 pruebas fallidas.

Y como el catador en mi casa es, precisamente, su hijo, siempre oía la misma canción: “está bien, pero no como el de mi madre”, y ala, a zamparme yo todo el arroz con leche.

Después de las veinte intentonas, y desesperada por los contínuos fracasos, le volví a pedir la receta. ¿Le has hechado sal? No, le dije, no me habías dicho nada. Es evidente, sentenció ella.

¿Y has cocido el arroz en agua? No, le dije yo, es arroz con leche, no arroz con agua. Hombre, Minia, es evidente. Volvió a sentenciar.

Así que nada. Poco a poco fui componiendo la receta hasta conseguir el éxito, que fue cuando Julio- mi chico- me dijo que estaban como los de su madre.

Por lo tanto, os voy a ahorrar 10 años de intentos fallidos y os daré la receta sin obviar ni dejar nada atrás. Que en la cocina no se puede dar nada por sabido.

Arroz con leche a la Curru

Curru es mi suegra. Al contrario de lo que suele ocurrir, nos llevamos bien, muy bien.

Es proveedora de gran número de recetas, aunque con ella tengo un problema. Me las da a fascículos.

De hecho, mi gran logro fue ser capaz de componer esta receta completa. Creo que me llevó 10 años y unas 20 pruebas fallidas.

Y como el catador en mi casa es, precisamente, su hijo, siempre oía la misma canción: “está bien, pero no como el de mi madre”, y ala, a zamparme yo todo el arroz con leche.

Después de las veinte intentonas, y desesperada por los contínuos fracasos, le volví a pedir la receta. ¿Le has hechado sal? No, le dije, no me habías dicho nada. Es evidente, sentenció ella.

¿Y has cocido el arroz en agua? No, le dije yo, es arroz con leche, no arroz con agua. Hombre, Minia, es evidente. Volvió a sentenciar.

Así que nada. Poco a poco fui componiendo la receta hasta conseguir el éxito, que fue cuando Julio- mi chico- me dijo que estaban como los de su madre.

Por lo tanto, os voy a ahorrar 10 años de intentos fallidos y os daré la receta sin obviar ni dejar nada atrás. Que en la cocina no se puede dar nada por sabido.

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Ingredientes

120 minutos
6 raciones
  1. 2 vasosarroz- cogéis en el super el más barato, pero que no sea ni vaporizado ni integral
  2. 2 litrosleche entera- si usáis la desnatada no me echéis las culpas de que el arroz no os ha salido bien
  3. 1huevo- y vamos separando las claras de las yemas
  4. La corteza de medio limón
  5. 1 ramacanela
  6. Azúcar- aproximadamente 4 cucharadas soperas. Cuidado al probarlo, que al enfriar se nota más el azúcar, y es preferible que quede algo soso de azúcar, como todos los postres
  7. Canela en polvo- una cucharada, que mezclaremos con otra de azúcar
  8. Sal

Paso a paso

120 minutos
  1. 1

    Ponemos el arroz en una olla y lo cubrimos con agua y un poquito de sal. Ponemos al fuego a media potencia y lo dejamos hasta que rompa a hervir. Al contrario que el arroz en blanco, éste sí que conviene remover. No lo tapamos que tiene que evaporar el agua.

  2. 2

    Mezclamos un tazón de leche con la yema del huevo y lo mezclamos bien. Se lo agregamos al arroz junto con el resto de la leche, el azúcar, la canela en rama y el limón.

  3. 3

    Bajamos el fuego a 1/4 de la potencia y nos ponemos a ver una película. Mientras tanto, removemos el arroz ya que va a tener que estar al fuego sobre dos horas. Y si no tenemos tele en la cocina, como es mi caso, escuchamos a mi amiga Ainhoa de la Ser. Sí, la cocina requiere de paciencia. Tampoco es que haya que estar removiendo seguido, pero de vez en cuando unos mimos, no vienen mal.

  4. 4

    Vamos incorporando más leche a medida que ésta se vaya consumiendo hasta acabarla toda. Rectificamos el azúcar.

  5. 5

    Montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal y las añadimos al arroz una vez hecho y recién salido del fuego. De esta manera se nos cocerían un poco las claras y quedarían más duras. Mezclamos con movimientos envolventes. Por último, quitamos la canela y el limón, no vaya a ser que vayan tropezones, y espolvoreamos con la mezcla de azúcar y canela. Se lo damos a comer hasta los que se declaren enemigos del arroz con leche. Al fin y al cabo, del amor al odio hay un paso, y sé de más de uno que, una vez probado el arroz con leche de esta receta, siguió diciendo que no le gustaba… excepto el de Curru. Buen provecho

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Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén
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Antes de nada os presento mi blog: http://www.lacocinademinia.es/Con esta página no pretendo sumar otra más al amplio mundo de páginas de recetas, sino que quiero ir algo más allá, a través de recuerdos, de reflexiones, trucos, consejos, gustos, etc. Al fin y al cabo, el momento de la cocina es un momento para estar con uno mismo y da lugar a pensar en infinidad de cosas.Mucha de la gente que ha pasado por mi mesa a comer me ha comentado la idea de abrir un restaurante…¡¡¡¡noooo!!! ¡Qué forma de odiar la cocina!. Al igual que me han insinuado que me presente a un concurso de cocina. Al próximo que me diga que me pesente a un concurso de cocina lo mando al Gran Hermano.Sí que es cierto que tengo dos estados diferentes en la cocina: disfrutándola- normalmente fines de semana y cuando viene gente a comer a casa-, y odiándola- cuando tengo que pensar TOOOODOS los días el menú del día siguiente-.Y cuando digo pensar, no sólo es pensar en lo que hacer de comer, sino repasar mentalmente los ingredientes que tengo en el congelador, en la nevera, en la despensa, los que tendría que comprar en caso necesario, en qué momento puedo ir a comprar, si antes o después de recoger a los niños en el cole, o entre que van a una clase o a otra,… ¡¡Lo odio!! Pero no por ello odio cocinar.Empecé este proyecto como terapia y porque, como dice mi madre, soy un “culo inquieto”. Siempre tengo que tener algo en mente y si supone un reto para mí, mejor. Como terapia, me ha servido, y con creces. Estoy teniendo mejor acogida de lo que esperaba y además, tengo a la familia encantada. Todos los días comen algo diferente. No os creáis que las fotos me las saco de internet, no. Las fotos son hechas por mí de platos cocinados por mí, lo cual me obliga a cocinar variado, aunque bien es cierto que no es muy diferente de lo que cocinaba anteriormente.
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