Luego en un bol grande, porque crece mucho, ponemos la leche tibia, tres cucharadas de la harina ya pesada, una del azúcar y la levadura. Mezclamos todo, tapamos y dejamos que se haga la esponja (que crezca).

Dejamos tranqui a la esponja y hacemos la pastelera. En una taza disolvemos la fécula y en otra olla ponemos a calentar la leche y el azúcar. Agregamos la fécula disuelta, los huevos con batidor (los de alambre o el que tengamos) batimos hasta que rompa el hervor y espese. Si la quieren más espesa le ponen más fécula, más líquido le ponen más leche. Por último le agrego la esencia de vainilla. Y la tapo con film o bolsita de nylon, para que no se le haga costra, cuando se entibia a la heladera.

Como ya creció la esponja en el mismo bol agregamos, primero los huevos, la manteca y por último la harina y el resto de los ingredientes. Nos sale una masa tierna. La amasamos para que desarrolle el gluten y si nos parece blanda la golpeamos sobre la mesada unas 80 veces, es lo mismo. La dejamos levar en el bol. Una hora.

Luego en una placa enmantecada y enharinada, ponemos una lata o un aro redondo para que no se una toda. Hacemos un agujero en el centro y rodeamos el aro. Dejamos separado porque crece.