En primer lugar, lavamos bien las aceitunas y una vez escurridas, las dejamos en un bol.

A continuación, cogemos un mazo de madera mediano y las vamos partiendo una a una como se puede observar en la encimera.

Una vez que las tengamos todas partidas, las dejamos en un barreño. Seguidamente, las cubrimos con bastante agua y las enjuagamos removiendo con una cuchara de madera.

Seguidamente, las volcamos en un colador grande y las volvemos a enjuagar tres o cuatro veces bajo el grifo para quitarles todas las impurezas y los jugos amargos que sueltan al principio.

Una vez escurridas del todo, las volvemos a dejar de nuevo en el barreño y le añadimos, un limón cortado en varios trozos y un buen puñado generoso de sal gruesa.

A continuación, las cubrimos con bastante agua, removemos bien con la cuchara de madera, tapamos el barreño y las dejamos que vayan soltando el amargor durante 24 horas.

Pasadas las 24 horas, veremos como han soltado una especie de grasa blanca, debido al limón y a la sal.

A continuación, le tiramos ese agua y las enjuagamos bajo el grifo tres o cuatro veces y las volvemos a dejar en el colador, para que escurran todo ese agua. Los trozos de limón los desechamos porque hay que poner otros frescos.

Seguidamente, las volvemos a poner en el barreño y le añadimos otro limón cortado en trozos y otro puñado generoso de sal gruesa.

A continuación, las volvemos a cubrir con bastante agua, tapamos y las dejamos otras 24 horas.

Pasadas las últimas 24 horas, vamos a repetir la misma operación y esta vez, no le añadimos sal y le añadimos unas ramas de tomillo, volvemos a tapar y las dejamos 24 horas.

Pasadas las 24 horas, ya veremos como parte de las aceitunas se han caído al fondo y están cambiando de color.

A continuación, le tiramos el agua, las ponemos en el colador y las enjuagamos tres o cuatro veces bajo el grifo y dejamos escurrir bien todo el agua.

Seguidamente, las volvemos a poner en el barreño, le añadimos el otro limón troceado y esta vez, solo le vamos a añadir agua y el limón.

A continuación, cogemos un plato y lo ponemos encima de las aceitunas para que se hundan y queden sumergidas. Con este método, no flotan y se nos van a hacer antes.

Ponemos una olla pequeña con los 600 ml agua en el fuego, le añadimos los cuatro dientes de ajo enteros.

Seguidamente, le ponemos la tapadera y dejamos que hierva.

Una vez que rompa a hervir el agua, le quitamos la tapadera a la olla.

A continuación, le añadimos sal al gusto y todas las hierbas aromáticas que he mencionado en los ingredientes del aliño arriba.

Seguidamente, removemos un poco, bajamos el fuego y dejamos infusionar durante tres minutos.

Mientras tanto, ponemos un paño limpio de cocina y colocamos encima el frasco, que ya lo he esterilizado con anterioridad y lo he dejado escurrir hasta que se ha secado. El frasco tiene una capacidad para 800 gr.

Una vez que tengamos completamente fría la infusión de hierbas aromáticas y ajos, comenzamos a llenar el frasco con las aceitunas y lo hacemos de esta forma. Cogemos una cuchara y vamos añadiendo unas pocas de aceitunas, unos trozos de pimientos morrones y un diente de ajo de la infusión. Nunca debemos de manipular las aceitunas con los dedos.

A continuación, seguimos añadiendo aceitunas, ajos y pimientos de una forma intercalada y siempre con la cuchara.

Una vez que tengamos el frasco lleno, cogemos el frasco y le damos un par de golpes suaves encima del paño para que se sienten las aceitunas.

A continuación, cogemos unas pinzas y ponemos unas ramitas de tomillo de la infusión en la boca del frasco. Cogemos un cucharón limpio y le vamos añadiendo la infusión de hierbas aromáticas hasta cubrir todas las aceitunas.

Por último, cerramos bien el frasco y dejamos macerar durante un par de días antes de hacer uso de ellas y listo..