Para la salsa hay que ponerse pronto, lo ideal es que este mucho tiempo cociendose. Lo primero es cortar la cebolla y las zanahorias en trozos lo más pequeños posible (si tienes una picadora pásalos por ahí para que quede bien picados).

Empezar a sofreír con un poco en una olla la cebolla con las zanahorias hasta que queden hechas, mientras se hacen podemos preparar la carne. A mí me gusta mezclarla con queso parmiggiano rallado, sal y pimienta.

Una vez hechas las verduras añadir la carne, mezclar y triturarla a la vez que se cocine. Cuando esté hecha añadir los vasos de vino y el tomate frito.

Finalmente añadir medio vaso de agua más a la salsa. Dejar reposar al mínimo de fuego durante 3 horas o así para que reduzca y se haga.

En una olla echar la mantequilla y dejar que funda, a continuación añadir la harina y mezclarla hasta que quede una pasta teniendo en cuenta que no queme..

Verter la leche previamente calentada y remover para que se disuelva toda la harina. Cuando este disuelto poner el fuego a la mitad y remover hasta el primer hervor y retirar. Si está muy líquida añadir un poco más de harina. Finalmente añadir la pimienta, la nuez moscada y la sal al gusto

Precalentar el horno a 180°C. Si las placas necesitan ser calentadas hacer lo que diga el paquete (si encuentras placas grandes mucho mejor porque son más fáciles de montar).

Para montar la lasagna yo recomiendo pasar la salsa por un colador para que no esté muy líquida y se deshaga. La primera etapa es echar un poco de bechamel en el fondo, poner placas en el mismo y hacer que suban también por los laterales.

Añadir salsa, bechamel y queso rallado en ese orden y poner capa de placas de lasagna. La segunda será igual.En la última capa añade un poco de salsa por encima y raya queso para que gratine. Si te gusta con más queso fundido puedes poner mozzarella.

Hornear durante 40 minutos a 180°C sin que se queme y vigilando de vez en cuando.

A disfrutar!