Canelones de atún

Cuando la cebolla esté bien pochadita o a nuestro gusto, pondremos el atún. Dejamos un par de minutos para que se incorporen bien los sabores y a continuación seguimos con un poco de tomate, lo justo para que de sabor pero que no quede caldoso (sino para enrollarlos lo pasaréis mal). Y por último, añadiremos el huevo duro picadito. ¡Y relleno listo!

Para la bechamel pondremos la mantequilla en una olla pequeña y cuando se haya derretido, bajamos el fuego y añadimos las dos cucharadas soperas de harina y la tostamos bien. Una vez se haya tostado, tenemos que añadir la leche poco a poco y mover sin pausa pero sin prisa. A mí me gusta que quede ligera, para que no empache mucho..

Cuando hayamos conseguido la textura deseada incorporamos nuez moscada al gusto. Como opción, podemos añadir unas gotitas de tomate para dar otro punto de sabor. Esto ayuda también si hay personas que no les apasiona mucho la bechamel.

Precalentar el horno y...¡Momento montaje! Para enrollar los canelones, una vez la pasta se ha cocido y escurrido, extiendo las placas con mimo sobre un mantel que tengo para ello y añado las porciones de relleno. Para enroscar es sencillísimo: los pulgares nos ayudarán a que el relleno no se propase por toda la placa de pasta, y con los índices empujamos hacia delante. Si no quedan pegados, podéis humedeceros los dedos en el aceitito del relleno. ¡Hacerlo con mimo que se rompen fácilmente!

Para acabar de montar los canelones escogeremos o platos de barro o bien una bandeja de horno de cristal. Las capas serán distribuidas de la siguiente manera: bechamel, canelones, bechamel, canelones... (Depende los pisos que hagáis) se puede intercalar queso de por medio, pero a mí me empacha mucho. Para rematar una vez terminado esto, podemos poner queso en polvo o hilado. Metemos al horno y esperamos a que se gratinen. ¡Bon apetit!