Juntar las harinas y una cucharada de sal en un bol. Añadir un chorro de aceite de oliva y el agua templada necesaria hasta conseguir una masa manipulable. Amasar hasta que quede elástica. Juntar con la masa madre y amasar hasta homogeneizar la mezcla. Dejar reposar hasta que doble el volumen dentro de un bol tapado con un film.

Dar forma de pizza a la masa fermentada y volver a dejar reposar 40 minutos. Precalentar mientras el horno a 230 grados. Hornear la masa sin que dore. Sacar del horno.

Si se quiere guardar en el frigorífico así, una vez fría, cubierta con plástico dura una semana. Cuando se quiera comer se pone la salsa de tomate, el queso, los champiñones y el chorizo y se hornea unos 10 minutos a 230 grados. Al sacarla del horno se añaden las hojas de albahaca y listo!!!

También se pueden poner los ingredientes en la masa cocida sin dorar y congelar. Se conserva unos cuantos meses. Para comerla hasta con sacarla y hornearla hasta que dore.