Charlota de tiramisú de naranja y chocolate

> Para el bizcocho genovés
Precalentar el horno a 170º , calor arriba y abajo.

En el bol de la batidora mezclar el azúcar junto con los huevos y batir a velocidad alta hasta que la mezcla haya triplicado o cuadriplicado su volumen.

Tamizar la harina junto con la levadura y añadirla a la mezcla con la ayuda de una espátula y realizando movimientos envolventes para que la masa no se hunda.

Depositar la mezcla en un molde de 20 cm previamente engrasado y hornear aproximadamente 35 minutos o hasta que el palillo salga completamente liso. Sacar, dejar enfriar y reservar.

Para la crema de mascarpone
Exprimimos las naranjas reservando el zumo en un bol y la pulpa en un plato. ¡OJO... no tirar la pulpa!

Preparamos el azúcar de naranja que no es más que mezclar un par cucharadas de zumo de naranja con el azúcar hasta conseguir una mezcla húmeda de un color anaranjado y reservamos.

Probamos la pulpa y si fuera necesario le añadimos un poco de azúcar de naranja hasta conseguir el dulzor que más nos guste. Reservamos.

En el bol de la batidora ponemos el mascarpone, mejor a temperatura ambiente y batimos con el azúcar de naranja que añadiremos por tandas para no pasarnos de dulzor. Batimos hasta conseguir una crema homogénea, dulce y con un suave aroma de naranja. Llegados a este punto podéis añadirle un poquitín (5 ml) de esencia de agua de azahar o si no han de comer niños, un poco de licor de naranja, cointraeu.... Reservamos.

Para los melindros o bizcochos de soletilla
Batimos el azúcar con los huevos hasta conseguir una mezcla blanquecina y que haya duplicado su volumen.

Tamizamos la harina junto con la levadura y la agregamos a la mezcla anterior e integramos con la ayuda de una espátula realizando movimientos envolventes para no bajar la mezcla.

Preparamos una bandeja para horno, con papel sulfurizado y con la ayuda de una manga pastelera, con una boca de agujero redondo, extendemos tirar de unos 10-12 cms. de largo y 1 cm de ancho dejando un pequeño espacio entre ellas ya que crecen al hornear.

Echamos azúcar glas por encima y horneamos durante unos 8-10 minutos aproximadamente. Deben quedar doraditos pero no crujientes.

Sacamos, dejamos enfriar y sacamos con la ayuda de un cuchillo para evitar que se rompan. Reservamos.