En una sartén amplia poner aceite a calentar y dorar la cebolla picada en juliana con un poco de sal, a fuego fuerte al principio y más suave después. Tapar la sartén y remover de vez en cuando.

Mientras, lavar los champiñones y laminar. Añadirlos a la cebolla cuando esté a medio pochar. Salar y tapar. Cuando los champiñones hayan soltado el agua, destapar para que se evapore.

Añadir las setas congeladas y el ají amarillo en tiras finas. Tapar y cocinar a fuego medio removiendo de vez en cuando.

Cuando las setas estén más o menos hechas, añadir el brandy y flambear. Poner el fuego medio alto para que se reduzca todo.

Añadir la morcilla que habremos pelado y cortado en trozos gruesos. Con la cuchara de palo y el fuego medio bajo, deshacerla y mezclar bien con el resto.

Finalmente añadir los pimientos escurridos y cortados en trozos no muy pequeños. Mezclar y ya tendremos el relleno listo esperando a fuego bajo para montar la lasaña en caliente.

Precalentamos el horno a 200°C. En un cazo calentamos tomate frito con un poco de albahaca, para poner en la base de la lasaña y cubrirla por encima.

En una fuente de horno rectangular ponemos el tomate frito caliente y encima tres placas de lasaña (yo utilicé de las que no hay que cocer previamente).

Extendemos la mitad del relleno y ponemos otras tres placas de lasaña por encima. Extendemos el resto del relleno y colocamos otras tres placas más.

Cubrimos con el resto del tomate frito procurando que todas las placas de lasaña queden impregnadas. Por último rallamos bien de queso por encima.

Metemos al horno durante 12-14 minutos y ya está listo para comer.