Lavamos el boniato y lo cortaremos en rodajas gruesas y las cocemos en una cazuela, cubierta de agua, unos 20-25 minutos, o hasta que quede tierna. Apartamos y escurrimos, dejando templar unos minutos.

Una vez los podamos manipular, quitaremos la piel y trituraremos la pulpa con un pasa purés o con un tenedor.

Añadiremos la yema, y salpimentaremos a nuestro gusto, una pizca de nuez moscada molida. Mezclamos bien, añadimos la harina y el parmesano, y amasamos hasta conseguir una masa lisa.

Dividimos la masa en 4-5 trozos, y con la palma de la mano hacemos unos bastones de más o menos un grosor de 1, 5 cm. Luego los vamos cortando en trozos de un centímetro y dejaremos reposar en frío, 20-30 minutos.

Mientras calentamos unos dos litros de agua con una cucharada de sal. Cuando hierva, añadimos un puñado de ñoquis. Cuando suban a la superficie, retiramos con una espumadera y los escurrimos. Repetimos el proceso hasta cocer todos los ñoquis.

Una vez escurridos y antes que se enfríen, los emplatamos y añadimos a nuestro gusto la salsa de queso por encima, una pizca de orégano, y listo... #BuenProvecho