Moussaka (musaca)

Cortamos las berenjenas longitudinales y le echamos sal en abundancia.
Dejamos reposar unos minutos para que suelten parte de su agua y que no queden tan amargas. Pasamos las rodajas por agua fría y las escurrimos muy bien ayudados por papel absorbente.

Mientras en una sartén, pochamos las cebollas y el ajo; y cuando, estén doradas, incorporamos la carne picada.
Salpimiéntamos y esperamos a que se haga a fuego fuerte. Cuando ya esté casi hecha, añadimos la menta, el perejil y la canela.
Sofreímos durante otros 5 minutos a fuego suave, y añadimos el tomate frito y el vino. Dejamos que reduzca hasta que nos quede una salsa compacta.

Mientras en un pote, añadimos el aceite y cuando esté caliente, incorporamos la harina. Con ayuda de unas varillas, dejamos que se tueste bien, removiendo constantemente.
Poco a poco añadimos la leche (previamente calentada) y sin dejar de remover.
Subimos ligeramente el fuego para que hierva y vaya espesando.
Cuando tenga una textura ligera, no demasiado espesa, retiramos del fuego y agregamos sal, pimienta y nuez moscada al gusto.
(Si ha quedado algún grumito podemos pasar la batidora).

Precalentando el horno a unos 180º C y mientras en una sartén con un poco de aceite, cocinamos las berenjenas. Freímos hasta que queden doradas. Pasamos a un plato con papel absorbente para quitarle el aceite sobrante. Reservamos.

Montamos la moussaka: pincelamos el fondo de la fuente y ponemos una capa de berenjena. Encima una capa de la mezcla con la carne, la siguiente de bechamel y repetimos hasta tener 2 pisos. Finalmente rematamos con bechamel (bastante). Y la última capa de queso rallado para gratinar.

Introducimos al horno a media altura, unos 35 minutos a 180º C y 5 minutos con el gratinador puesto para que se dore. Los primeros 20 minutos con temperatura arriba, abajo y para que los sabores se integren. Los últimos 5 minutos sólo con el gratinador para que quede crujiente.

A disfrutar!