Hago sonar mis pasos.
Hoy es un buen día, el viento está a mi favor. Sé, que hasta los malos momentos esconden oportunidades, sólo hay que saber verlas, encontrarlas y tomarlas —nada es para siempre, no es optimismo, ni la palabra de una simple soñadora, simplemente es el aprendizaje de mi camino—.
Las cosas van bien —fluyen—. Me he dado cuenta de que estoy rodeada de personas que sacan lo mejor de mí.
Si a eso le añadimos un precioso día de primavera, de cielo azul intenso y sol radiante, en el que regocijarme. ¡Me entran ganas de comérmelo! Para tener cielos rasos dentro de mí, a los que acudir cuando se avecinen nubarrones.
La vida se constituye de momentos. Soy consciente de que es una suerte ser capaz de ver y tomar conciencia, aunque me da un poco de miedo; porque sé que todo es cíclico y, que al igual que hoy ha sido todo de color de rosa, mañana —o el mes que viene— podría tornarse negro. Quizá por eso, sólo me atrevo a pensar en bajito, "hoy estoy contenta, estoy feliz" sin decirlo muy alto, no vaya ser que el controlador de ciclos se entere y decida, por cuenta propia, que toca cambiar a otro.

(Sumamos esta receta a la temática: 5 días, 5 ensaladas).

#5dias5ensaladas