Hojaldre

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Santiago de Compostela

La preparación del hojaldre asusta más de lo que realmente es. Por eso fui a un taller de hojaldre que se impartió en Hellocooking, en Santiago, del que ya os hablé alguna vez. Aprendí mucho en ese taller gracias a Julio, el profe.

Sí que es cierto que es un tanto laboriosa, sobre todo, por todas las veces que hay que meter y sacar la masa de la nevera, pero en cómputo global os puedo asegurar que no es más tiempo que el que nos lleva ir al súper a comprar una masa hecha.

Y la diferencia en este caso sí que se nota.

La masa de hojaldre comprada está hecha con margarina, no con mantequilla, lo que varía bastante el sabor.

Que conste que no me voy a volver una fanática de la masa hecha, y si en algún momento tengo que echar mano al súper, lo haré, pero sé que me voy a encontrar con diferencia en el sabor.

Pero ojo, mucho cuidado con las temperaturas. Hay que trabajar la masa muy fría, sino, no va a subir bien.

Lo que sí que se puede hacer con esta masa de hojaldre es congelarla. Dura bastante, y tenemos éxito asegurado.

Animaros, que vale la pena.

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Ingredientes

  1. 500 grsharina
  2. 250 grsagua
  3. 10 grssal
  4. 250 grsmantequilla

Paso a paso

  1. 1

    Vamos a mezclar 450 gr de harina con el agua y la sal.

    Con esta mezcla vamos a hacer una masa, pero ¡cuidado! Al contrario que otras, esta no debe ser muy amasada. Así que, en cuanto veamos que están todos los ingredientes integrados y que tiene pinta de masa, dejémosla quedar.

    La envolvemos en un film transparente y la pondremos en la nevera una media hora, hasta que esté fría por completo.

  2. 2

    Cuando falten unos cinco minutos para retirar la masa de la nevera, vamos a preparar la mantequilla.

    Para ello, con la mantequilla fría, le vamos a añadir los 50 gramos de harina. Mezclaremos bien, pero con cuidado de que no se deshaga la mantequilla. Es bueno usar en esta receta robots de cocina, pero ¡cuidado!, hay algunos que se calientan, esos no los usaremos.

    La dejamos con forma rectangular pero gordita.

  3. 3

    Sacamos de la nevera la masa previamente preparada y, con un pelín de harina en la mesa para que no se pegue, vamos a estirar sólo los bordes.

    De esta forma, pondremos en el medio la preparación con la mantequilla y cerramos los bordes sobre ella como si fuera un sobre, sin que quede ningún agujero al hacer el cierre.

  4. 4

    Ahora vamos a darle las dobleces.

    Estiramos con un rodillo en un solo sentido (salvo que nos quede muy estrecha). Y, una vez estirada, se dobla en tres partes.

  5. 5

    Se vuelve a estirar con el rodillo y ahora, doblamos en cuatro partes, primero las dos de los extremos y después a la mitad.

  6. 6

    Volvemos a envolver en el film y llevamos de nuevo a la nevera otra media hora.

  7. 7

    Repetimos el paso 4.

  8. 8

    Una vez que haya descansado esta media hora, ya podremos utilizar la masa. Lo mejor es no estirarla demasiado. Así que, le pasamos un rodillo por encima y cortamos los trozos que nos hagan falta.

    Si no queremos que nos suba demasiado, como puede ser para hacer la base de un bol au vent, estiramos mucho con el rodillo el trozo que vayamos a usar de base y lo pinchamos con un tenedor.

    Para que quede más bonito ya sabéis, pintamos con un huevo batido.

    Todo lo demás queda para vuestra imaginación

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Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén

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lacocinademinia.es @lacocinademinia
Santiago de Compostela
Antes de nada os presento mi blog: http://www.lacocinademinia.es/Con esta página no pretendo sumar otra más al amplio mundo de páginas de recetas, sino que quiero ir algo más allá, a través de recuerdos, de reflexiones, trucos, consejos, gustos, etc. Al fin y al cabo, el momento de la cocina es un momento para estar con uno mismo y da lugar a pensar en infinidad de cosas.Mucha de la gente que ha pasado por mi mesa a comer me ha comentado la idea de abrir un restaurante…¡¡¡¡noooo!!! ¡Qué forma de odiar la cocina!. Al igual que me han insinuado que me presente a un concurso de cocina. Al próximo que me diga que me pesente a un concurso de cocina lo mando al Gran Hermano.Sí que es cierto que tengo dos estados diferentes en la cocina: disfrutándola- normalmente fines de semana y cuando viene gente a comer a casa-, y odiándola- cuando tengo que pensar TOOOODOS los días el menú del día siguiente-.Y cuando digo pensar, no sólo es pensar en lo que hacer de comer, sino repasar mentalmente los ingredientes que tengo en el congelador, en la nevera, en la despensa, los que tendría que comprar en caso necesario, en qué momento puedo ir a comprar, si antes o después de recoger a los niños en el cole, o entre que van a una clase o a otra,… ¡¡Lo odio!! Pero no por ello odio cocinar.Empecé este proyecto como terapia y porque, como dice mi madre, soy un “culo inquieto”. Siempre tengo que tener algo en mente y si supone un reto para mí, mejor. Como terapia, me ha servido, y con creces. Estoy teniendo mejor acogida de lo que esperaba y además, tengo a la familia encantada. Todos los días comen algo diferente. No os creáis que las fotos me las saco de internet, no. Las fotos son hechas por mí de platos cocinados por mí, lo cual me obliga a cocinar variado, aunque bien es cierto que no es muy diferente de lo que cocinaba anteriormente.
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