En primer lugar, ponemos la leche a calentar y dejamos hasta que hierva.

Mientras tanto, troceamos el pollo en trozos medianos, enjuagamos y todas las pieles que le podamos quitar, se la quitamos.

A continuación, dejando escurrir todo el agua durante unos minutos hasta que este totalmente seco. Una vez secos, le picamos sal del himalaya con generosidad, mezclamos bien con las manos y dejamos Salar en el mismo colador.

Una vez que haya hervido la leche, la ponemos en un bol metálico y dejamos tibiar un poco. La leche semi caliente, nos va ayudar aromatizar las especias en la leche y así penetra mejor en el pollo. Una vez tibia, le retiramos la nata que queda por encima.

A continuación, le añadimos todas las especias, sal gruesa al gusto, los 200 ml, de nata para cocinar, la pastilla de caldo de pollo desmesurada, la cucharilla de ajo deshidratado, el perejil deshidratado, el tomillo y le picamos pimienta de cuatro colores con generosidad.

A continuación, batimos con una varilla hasta que quede todo bien diluido.

Seguiguidamente, le tamizamos la harina conforme estamos batiendo con la varilla, para que no nos queden grumos. Esta harina que le he puesto, es una harina de trigo molida en molino de piedra, que es más gruesa y más oscura que la comercial. Ustedes podéis mezclar harina integral en un setenta por % y un treinta por % de harina panadera.

A continuación, le añadimos la crema de cacahuetes con Chile, la mantequilla en pomada y volvemos a batir hasta obtener una especie de crema tipo tempura con todos los ingredientes integrados en ella.

Una vez batido, dejamos templar un poco para cuando pongamos los trozos de pollo, no se nos precocinen con el calor de la mezcla que hemos preparado.

Una vez fría la mezcla, añadimos los trozos de pollo.

Mezclamos bien para que queden cubiertos.

A continuación, tapamos con film y guardamos en el frigorífico un mínimo de cuatro a cinco horas antes de hacer uso de ello. Yo los prepare de noche y al día siguiente en mi caso, los saque del frigorífico y deje fuera uno quince minutos para que se pusieran a temperatura ambiente.

En una olla pequeña, ponemos aceite de girasol para freírlos en pocas porciones, a baja temperatura para que no se nos quemen por fuera y nos queden crudos por dentro porque son trozos bastante grandes. A continuación dejamos que el aceite alcance una alta temperatura y luego lo bajamos al mínimo.

A continuación, cogemos un trozo con un tenedor sin escurrir del preparo, y los rebozamos en el pan rallado y luego le quitamos el exceso de pan

Los ponemos a freír en pocas cantidades y los dejamos tres minutos y en el cuarto minuto, subimos el fuego para que se doren si así lo deseamos y hacemos lo mismo con el resto y listo.

Opcional. Acompañamos con salsa thai siracha y a disfrutar.