Empezamos separando las yemas de las claras y las pondremos en dos boles para empezar a trabajar las claras con una pizca de sal y el azúcar con la ayuda de la batidora las pondremos a punto de merengue.

En el bol donde tenemos las yemas añadiremos el queso, los yogures la ralladura del limón y el zumo del mismo limón bien filtrado para que no tengamos nada de la pulpa, todo ello lo batiremos muy bien.

Preparamos el horno a 175º arriba y abajo, para que cuando tengamos la masa preparada solo tengamos que introducirla. ¿Porque ese nivel de altura?, porque nos quedará un poco tostado por la parte de abajo y más blanco en la de arriba, para después de desmoldarlo y darle la vuelta nos quedará al revés, tostado de arriba para que nos quede bonito.

Ahora es el momento de agregar a la masa de las yemas, la harina mezclada con la levadura y mezclarla bien hasta que se haya integrado por completo, para mezclar posteriormente las claras poco a poco y con la ayuda de una lengua u otro utensilio las iremos mezclando con movimientos envolventes para que no se bajen y ayuden a la tarta que tenga cuerpo y no se baje en el momento de la cocción.

Ahora preparamos el molde untándolo bien con aceite de girasol o aceite vegetal, también podemos usar mantequilla y harina como hacemos siempre, o poner papel de horno, todo ello ayudará al desmoldarlo.

Terminado de preparar verteremos la masa y lo alisamos por la parte de arriba y lo introducimos en al horno, de los 5 niveles que tiene lo pondremos en el segundo empezando por abajo, y lo dejaremos al menos 30 minutos (media hora) dependiendo de cada horno, o un poco más.

Pasado el tiempo, nos podemos asegurar que está cocido introduciendo una aguja de hacer lana y al sacarla que esté seca, ya lo podremos desmoldar cuando esté frío a temperatura ambiente, no antes, luego lo pasamos al frigorífico y lo comeremos frío.

NOTA: La tarta de queso la podemos acompañar de un chorrito de miel, o también de frutos rojos del bosque como fresas, arándanos, cerezas, grosellas o moras.