En primer lugar, limpiamos bien el pollo, lo lavamos bien bajo el grifo y lo ponemos en un barreño con agua, sal, las tres cucharadas de vinagre y lo dejamos ahí durante quince minutos. Este no es el clásico pollo que compramos en los súper. Este es un pollo fresco y hay que rematarlo en casa, quitandoles las pequeñas plumas y bellos y por eso lo tenemos que lavar bien y dejarlo en agua y vinagre, para quitarle ese olor a granja.

Mientras tanto, cogemos un mortero y le añadimos, el perejil picado, el cilantro picado, el diente de ajo pelado y laminado y un trozo de piel del limón encurtido cortado en tiras pequeñas

Seguidamente, le añadimos Sal, las especias y la cucharilla de curry panang.

A continuación, majamos bien hasta convertir en una pasta.

A continuación, le añadimos un chorro de aceite de oliva virgen extra, como unas doce cucharadas soperas.

Seguidamente, ligamos bien con el mango del mortero y reservamos.

Pasados los quince minutos, tiramos el agua donde pusimos el pollo, volvemos a enjuagar de nuevo y dejamos escurrir bien todo el agua y si es necesario, lo secamos con papel absorbente por fuera y por dentro. El pollo debe de quedar totalmente seco y sobre todo por dentro. A continuación, espolvoreamos con sal fina, masajeamos el pollo por fuera y por dentro y lo dejamos en un barreño.

A continuación, nos lavamos bien las manos, cogemos un poco de majado y untamos el pollo por dentro con generosidad.

A continuación, hacemos lo mismo por la parte de afuera hasta gastar la mitad del majado.

Seguidamente, cogemos el limón, le damos cuatro cortes en cada lado

Lo introducimos en el interior del pollo en el fondo. Si no tenéis limón encurtido, lo podéis sustituir por un limón moral, pero sin darle los cortes, porque nos amargaría el pollo por dentro.

A continuación, lo enbadurnamos con la mitad de la mitad del majado y reservamos a última mitad para el final.

Llegado aquí, viene lo más difícil de la presentación. Cogemos y le damos dos cortes por debajo del los muslos, para poder introducir los nudillos cruzados de los muslos, y de esta forma queda completamente cerrado. Si no sabéis como hacerlo, utilizar un cordel para cocinar. Esto es muy importante que quede bien cerrado.

Mientras tanto, ponemos el pollo en una fuente grande de horno y le añadimos, unos hilos de aceite de oliva virgen extra con generosidad.

A continuación, pelamos las patatas, enjuagamos bien, las cortamos en cuñas grandes y las colocamos al rededor del pollo. Cogemos los higaditos, los enbadurnamos en el majado y los colocamos intercalados entre las patatas.

A continuación, cogemos el mortero con el resto del majado, le añadimos un chorro de aceite de oliva virgen extra, un chorrito de agua y mezclamos bien con una cuchara.

Seguidamente, de lo añadimos por encima de las patatas, los higaditos y el resto encima del pollo.

Pasados los veinte minutos, abrimos el horno y colocamos la fuente en el centro y dejamos hornear durante cincuenta minutos con el calor arriba y abajo y los últimos Díez minutos para completar los sesenta minutos, ponemos en formato ventilador y listo.. Este tiempo es orientativo porque cada horno es diferente aunque las temperaturas sean la misma. También depende del peso del pollo.

Este es el resultado final. Un pollo en su punto, doradito por fuera y jugoso por dentro como podréis apreciar en la fotos.