Dividir la mantequilla en dos trozos de 50gr cada uno, y mezclar con cada uno de los chocolates partidos a trocitos. Es decir, en un bol 50gr de mantequilla+chocolate negro y en otro 50gr de mantequilla+chocolate blanco. Meter en el microondas 30’’ y remover para comprobar si se ha derretido. Si no, ir metiendo de 10” en 10”.

Por otro lado, mezclar en un recipiente la harina, la levadura, el bicarbonato y los frutos secos ya machacados con el tamaño que a cada uno le guste.

Batir los huevos y añadir el azúcar. Seguir batiendo hasta que quede un poco blanquecino.

Entonces, separar la mezcla de los huevos en 2 cuencos lo suficientemente grandes para hacer 2 mezclas semejantes, con todos los ingredientes pero separando los colores: blanco y negro.

Añadir a la cada uno de los cuencos el chocolate correspondiente y seguir mezclándolos hasta que quede una mezcla homogénea.

En ese momento, hacer con la mezcla de harina lo mismo que con los huevos: separar en dos mitades e incorporar cada una de estas a los cuencos de chocolate.

Cuando se haya conseguido tener 2 mezclas homogéneas, echar en un molde de horno engrasado con un poquito de mantequilla o aceite para que no se pegue.

Para que no se mezclen los colores y se puedan distinguir una vez cocinado, ir echando al molde a cucharadas alternas y luego con un palito mover un poco para dar efecto mármol. Poner por arriba, opcional, unas pepitas de chocolate.