Crema de remolacha con kéfir

Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña

Receta aprendida gracias a @ChikiTiki, aunque con algunas diferencias, ya que no somos muy amigos ni del pepino ni del cilantro.
El sabor es sorprendente 🤤
#escueladecocina

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Ingredientes

4 Comensales
  1. 2Remolachas hervidas
  2. 450 mlKéfir de vaca
  3. 1 dienteAjo grande
  4. 2Tomates
  5. 1y 1/2 Limón (zumo)
  6. Perejil fresco
  7. 2 cucharaditasVinagre de Jerez
  8. 2 cucharadasHierbabuena seca
  9. 50 mlAceite de oliva virgen extra
  10. Para el acompañamiento
  11. Tirasbacon
  12. 50 gQueso curado (para rallar)
  13. Semillas de pipa de girasol

Paso a paso

  1. 1

    PARA EL ACOMPAÑAMIENTO: Precalentamos el horno a 180º C, y sobre una bandeja de horno, con papel antiadherente, ponemos las tiras de bacon y el queso previamente rallado. Dejamos cocinar sobre unos 8 minutos. Cuando el queso esté derretido y el bacon muy crujiente, lo sacamos del horno. Para darle forma a la teja de queso, nos ayudamos del rodillo, y el bacon lo ponemos en el mortero para picarlo y conseguir la ‘sal de bacon’.

  2. 2

    PARA LA CREMA: En un vaso de batidora, metemos la remolacha hervida, los tomates pelados y el diente de ajo (sin el germen). Y batimos bien, hasta obtener una mezcla homogénea.

  3. 3

    Añadimos el zumo de lo limones, el kéfir, el vinagre, la hierbabuena, el perejil picadito y el aceite.

  4. 4

    Por último... para presentar la crema, espolvoreamos -al gusto- la sal de bacon y las semillas. Y añadimos una teja por persona.... A disfrutar!

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Escrita por

Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña
Me encanta recorrer el mundo en cada bocado.Apasionada del mar, de los viajes, de la astronomía y de los libros. Poco golosa pero exigente con la calidad de los productos. ¿El final perfecto de cualquier instante gastronómico? La buena compañía... tanto a la hora de prepararlo en la cocina, como al sentarse en la mesa. Porque disfruto cocinando con y para los míos; me encanta ese desafío de conectar con mis comensales, de compartir y de no sólo hacer disfrutar a las papilas gustativas. De crear, en definitiva, un momento, un recuerdo y un vínculo con los que quiero.
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