Pelamos la patata, las zanahorias y el calabacín y los troceamos junto con el puerro para que se hagan antes.

Introducimos todos los ingredientes en una cazuela y agregamos agua hasta cubrirlos. No echéis más porque el puré os quedaría demasiado aguado.

Una vez vemos que la verdura está blanda, añadimos un chorrito de aceite de oliva, sal y, lo más importante, los quesitos y la pimienta molida. Para mí, eso le da el toque perfecto al puré.

Para terminar, lo trituramos bien con una batidora durante el tiempo necesario. Lo emplatamos y ¡Listo! En verano más fresquito, en invierno calentito, !pero siempre delicioso!