Lavar y secar bien los calabacines, ayudados de una mandolina cortar 10 láminas. Cortar de grosor medio, no muy finas para que aguanten bien el relleno, ni tampoco muy gruesas para poder enrollarlas bien.

El resto de los calabacines los vamos a utilizar para el relleno, por lo que trocear en pequeños trocitos y reservar.

Coger las láminas de calabacines y pincelar con aceite por ambas partes y poner a asar en una plancha, en el horno o como en mi caso que las he hecho en la freidora sin aceite a 190ºC, durante 12 minutos.

Cortar muy finamente la cebolla, en una sartén, añadir un poco de aceite, y pochar la cebolla. Cocinar a fuego suave, removiendo de vez en cuando y, cuando veamos que está pochada, incorporar el calabacín troceado. Echar la pastilla de avecrem.

Añadir el jamón picado, remover y saltear un par de minutos.

Incorporar el queso de cabra troceado y a fuego bajo, dejar que se vaya derritiendo e integrando en la mezcla.

Una vez todo mezclado, retirar del fuego y dejar templar.

Una vez hecho el relleno pasar a formar los rollitos de calabacín. Para ello extender sobre cada lámina parte del relleno, procurando que quede nivelado y sin llegar hasta el final. Enrollar cada lámina de calabacín y darle forma, repetir el procedimiento hasta que tengamos todos los rollitos formados.

Cubrir con tomate frito el fondo de una fuente apta para horno y sobre ella colocar los rollitos de calabacín. Añadir un poco de queso rallado por encima.

Meter la fuente al horno, y gratinar los rollitos, hasta que el queso se dore.