Pon la leche condensada en un bol y añade el cacao puro en polvo sin gluten. Mezcla bien. Verás que al principio parece que cuesta y que queda como un mazacote pero no tarda mucho en mezclarse y no queda ni un grumo.

En otro bol que previamente habrás guardado en la nevera pon la nata para montar que también la debes dejar en la nevera hasta el mismo momento de usarla. Móntala con las varillas eléctricas y ya verás que si la nata y el recipiente están bien fríos no tardas apenas nada en tener la nata montada. Cuando veas que ya se forman picos y que tiene consistencia para de batir para que no se corte y se convierta en mantequilla.

Ya puedes añadir la mezcla de leche condensada y cacao y hazlo en pequeñas cantidades y con movimientos envolventes para que mantenga el aire que le has introducido batiendo. Tal cual te aseguro que está buenísimo pero si te gusta también le puedes añadir chispitas de chocolate, una cucharadita de esencia de vainilla o hasta la raspadura de la piel de una naranja.

Cuando ya hayas añadido toda la mezcla mira qué crema más suave queda. Pues esto ya está listo, no hay que hacer nada más. Sólo tienes que ponerlo en una fiambrera, aplanarlo un poquito para que quede más vistoso y ponerlo al congelador unas 5 ó 6 horas mínimo o hasta el día siguiente.

Cuando vayas a comerlo te aconsejo que lo saques un rato antes del congelador para que no te cueste tanto servir ya sea en un recipiente o en un cucurucho sin gluten casero, crujiente y buenísimo.