Precalentamos el horno a 200ºC con calor arriba y abajo, sin ventilador.

Mientras, vamos a hacer un majado añadiendo a un mortero los ajos pelado y picados, la sal, los dos tipos de pimentones, el tomillo y el orégano. Lo machacamos todo muy bien hasta obtener una pasta. Vertemos el aceite y seguimos mezclando.

Reservamos el majado y pasamos a la pata. Le hacemos unos cortes en toda la pieza y la cubrimos con el majado que hicimos anteriormente, rellenando todos los huecos que hicimos con el cuchillo.

La pasamos a una fuente o bandeja para horno que sea honda y, en un vaso de agua, mezclamos la tacita de vino blanco con agua hasta llegar al borde del vaso.

Se lo vertemos en la bandeja y llevamos la pata al horno a la misma temperatura de 200º C solo la primera hora. El resto de horas será a 180º C.

La cuestión del horneado es dejar la pata en el horno tantas horas como kilos pese, es decir, en este caso la pata pesa 3 kilos y pico, por lo que la dejaremos allí por 3 horas. Si vuestra pieza pesa 2 kilos la horneáis por 2 horas y así sucesivamente.

Vamos a vigilar cada hora que pase porque añadiremos un vaso de mezcla de vino blanco y agua para que la bandeja tenga siempre líquido y la pata pueda absorber todos los jugos que en ella se encuentran.

Ponedle encima un poco de papel de aluminio en la primera hora de cocción para que no se queme. Pasadas las 3 horas, apagamos el horno (podemos dejar la pata reposando dentro por unos 15 min. con la puerta cerrada).

La sacamos y la bañamos con el jugo sobrante que haya quedado en la bandeja tras el proceso de cocción... ¡Y listo! ¡A servir se ha dicho! Lo típico en Canarias es servirla fileteada muy finita con sal y tabasco, acompañada de un poquito de pan. Os aseguro que está de vicio.

Por aquí os dejo el enlace de la vídeo receta en mi canal de Youtube para que podáis seguir los pasos con más tranquilidad. Y de paso, os suscribís, que soy muy simpática en los vídeos jijiji. Un besazo enorme y feliz Año Nuevo 2017.